
Igual que ocurre con el pensamiento hipotético deductivo, que la misma persona no alcanza a la vez en las distintas áreas de conocimiento, sucede con los artistas: pueden ser brillantes en arte, y, a la vez, no saber en otras áreas…
Asi, nos encontramos en la radio a una cantante de fados que habla de que «lo que hace falta es amor, amor, amor y amor. Y después también amor», no hay más categorías de análisis de la realidad. O nos encontramos con la exposición del museo Thyssen «ocultismo», que homenajea a la alquimia, la astrología, la demonología, el espiritismo, la teosofía, el chamanismo, los oráculos y premoniciones…
¡Gran error! La pseudociencia es una invitada que nunca debería compartir plato con nadie. Se cuela en el convite porque las grietas están, permanentemente, con nosotros. Pero validarla, aún indirectamente, visualizándola; darle reconocimiento divulgando cómo grander figuras de la humanidad le han dado crédito, implica echar tierra encima de lo más hermoso que tiene la humanidad.
La alquimia ha sido destronada y arrojada al vacío por la brillantísima QUÍMICA; la astrología por la genial ASTRONOMÍA; la demonología por el lúcido AGNOSTICISMO; el espiritismo por la NEUROCIENCIA, que sitúa en la materia el lugar único de la existencia de la conciencia; el chamanismo es un falso respeto a las teogonías limitadas de culturas que se extinguen dolorosamente, de las que HEMOS ABSORBIDO aspectos que ya van adquiriendo estatuto científico; los oráculos, responden sencillamente a cálculos de probabilidades muy bien informados que la propia IA podría hacer…
¿Queréis que despiecemos un pollo y le miremos el color de las tripas por amor al arte? No, no, nunca lo haremos.
En nuestro tiempo, cuando la mecánica cuántica nos está soplando en el oído realidades cada vez más desconcertantes; cuando las herramientas astronómicas nos llevan a los confines del universo como si nada; cuando la biología se ha convertido en biotecnología; cuando la lógica y los lenguajes humanos son capaces de crear maravillas como la Inteligencia Artificial; en nuestro tiempo, decía, lo que se impone no es el homenaje al ocultismo y la ignorancia de los artistas, sino la revisión, una vez o mil veces más, de su lucidez, de lo que han aportado de verdad y de belleza a su mundo, que es el nuestro.
Exposición temporal Lo oculto en las colecciones Thyssen-Bornemisza (1), comisariada por el filósofo de 62 años Guillermo Solana (2) https://www.museothyssen.org/exposiciones/oculto-colecciones-thyssen-bornemisza
(1) Este es el texto que aparece en la web:
Alquimia . Las rocas fantásticas en los fondos de paisaje de la pintura renacentista –especialmente de la Escuela de Ferrara– pueden aludir a explotaciones mineras, vinculadas en la época a las investigaciones alquímicas. La alquimia reaparece con fuerza en el arte del siglo XX, por ejemplo en Max Ernst o en Lucio Fontana.Astrología El interés por los cuerpos celestes y su influencia en la vida humana ha dejado huellas en infinidad de obras de arte de distintas épocas. Puede ser un zodiaco en una tabla religiosa, un horóscopo en un retrato o el mito del nacimiento de una constelación. Las estrellas y sus figuras virtuales volverán a apasionar a artistas como Miró, Cornell, Matta…
Demonología La fascinación por las variedades de lo demoníaco recorre toda la historia de la iconografía cristiana. Aparte de los diablos etiquetados como tales, en la pintura del Renacimiento y el Barroco hay una plétora de rostros grotescos, indicios de “mal de ojo” y otras presencias inquietantes que encarnan las asechanzas del Maligno.
Espiritismo El ocultismo renació en el siglo XIX bajo la forma de una obsesión por la comunicación con los espíritus de los muertos. La pintura fin-de-siècle, con sus figuras sonámbulas en ambientes crepusculares o nocturnos, evoca a menudo la atmósfera de las séances espiritistas.
Teosofía Fundado en 1875 por Helena Blavatsky, el movimiento teosófico combinaba elementos de la tradición esotérica occidental con religiones y filosofías orientales. A comienzos del siglo XX disfrutó de una enorme influencia cultural e inspiró a los pioneros del arte abstracto, como Kandinsky y Kupka, Balla y Severini, Mondrian y Van Doesburg.
Chamanismo El artista de vanguardia se identifica con la figura del chamán, mediador espiritual y sanador en muchas culturas. Picasso, Chagall, Kandinsky o Pollock son casos notorios de apropiación de objetos y rituales chamanísticos.
Sueños, oráculos y premoniciones Los surrealistas se apasionaron por el ocultismo y adoptaron sus prácticas, aunque no necesariamente sus creencias. Investida de aparente rigor científico por el psicoanálisis, la interpretación de los sueños ocupa un lugar central entre sus obsesiones, especialmente vinculada a las premoniciones y los poderes de los videntes. Las obras de Dalí, Ernst, Tanguy o Delvaux dialogan en esta sección con artistas difíciles de encasillar como Schad, Balthus o Bacon.
(2) El doctor en Filosofía, profesor de la Universidad Autónoma de Madrid y director artístico del museo Thyssen, debería recordar sus propias palabras en entrevista al diario El País (¿Hay alguna obra de arte indeseable? Muchas, casi innumerables. Algunas por razones estéticas, otras por razones políticas o morales.) y no iluminar con luz tan ambigua los recovecos más tenebrosos de los artistas.