Misión de nuestra empresa: centrarnos en la tarea de despertar la conciencia medioambiental, formarnos y utilizar todos los recursos para movilizar esa área.
1. CREAR GRUPO. Intentemos crear algo de lo que formemos parte
Es que tú, yo, todos, ¡artistas!… o hacemos algo o somos el árbol sin futuro en este sitio de ninguna parte en que se ha convertido nuestro mundo globalizado. ¿Qué queremos decir, hablando del Site Specific con una lengua tan inespecífica como es la lengua del imperio?
Formar parte de algo o, si no, crear algo de lo que formemos parte. Querer ser activista, involucrarse. Lejos de jergas, lejos de intereses, aparcar la cobardía y dar voz.
2. HABLAR DE LO QUE CUENTA. Conciencia medioambiental.
Que lo que digamos, cuente. Porque para no decir nada… Y el medio ambiente es el temazo no ya del siglo: del tercer milenio. Esa es mi conclusión. Ahí está la carnaza de la que tiran unos y otros, y en la que estamos revueltos todos. Ahí, en el medio ambiente, está el compromiso del artista (trovador, gurú, payaso suplantado por algunos políticos, profeta, sabio o equis). Ahí tenemos que estar. El que sepa, que le cante a una flor; el que no, que fotografíe las secuencias de un vertido; el que tampoco, que se pinte el pelo verde y se invente una performance que cuente algo… Aprender de medio ambiente es la educación básica artística.
3. DOMINAR LAS HERRAMIENTAS. Trabajar y trabajar.
Retomar los intentos, el artista visual no es diferente del pianista que debe dedicar horas y horas a la práctica. Recurrir a academias, a instructores. Repensar nuestras herramientas, hacernos presentes en los espacios digitales, cultivar las redes para las ideas.
https://art-toolkit.recursos.uoc.edu/es/Este enlace es una pequeña joya de orden e ideas artísticas. No brilla, aparece discretamente en la web, como una antigua pulsera en el rincón de un cajón… y, como estudiante insubordinada que soy, ahí la había dejado. Hasta hoy. «Lee aquí, allá», me decían. Y yo, nada: que no hacía ni caso. Como joyera que es toda artista, voy a empezar a tallar, a engastar cada uno de estos artículos. Tengo la esperanza, como siempre, de que de esas labores de orfebrería nazca algo hermoso…
Y, por supuesto, formarse en las herramientas de la digitalidad.