Perfil del nuevo tecnófobo «preparado»

Pública

El nuevo tecnófobo puede ser un púber sobresaturado.
El púber sobresaturado saca sus primeras y decisivas conclusiones propias.
Usa las redes, usa sin tregua el entorno digital, sus dedos recorren agilísimamente todos los teclados. Pero ha desarrollado una mezcla de escepticismo y miedo cerval hacia la inabarcabilidad de la sociedad técnica de la segunda mitad de siglo.

El nuevo tecnófobo ha nacido, prácticamente, con la sensación de la inabarcabilidad de todo. Nace empachado. «No puedo con todo. Dénmelo a trocitos, por favor». Se pone en marcha ¡cuánto antes! Hay prisa ¡antes que nada! No hay tiempo ¡para nada!
No cree, por tanto, en la unicidad del objeto de conocimiento; no sé qué será esto, pero no cree en su capacidad para ejercer como interlocutor de lo otro, por lo tanto su actuación es una actuación en «random», un justificadísimo sin sentido, y él mismo es un no sé qué que sólo puede encontrarse a sí mismo en ese nicho para que él que hace méritos sin tregua.

Ha sido aleccionado taxativamente en una sola cosa: te tienes que preparar. Y, si no te preparas, no vas a poder sustentarte. El nuevo tecnófobo va formando sus dedos como pinzas, dedos con los que se va a mover toda su vida, pero su motor es la pura y dura necesidad.

Ha nacido incompleto, y su incompletud se traduce en un esfuerzo sin tregua, el esfuerzo de situarse; va a ir llenando, en su trayectoria con la lengua fuera, traga que te traga, conocimientos, lugares donde están los conocimientos, referentes de personas que están en los lugares de conocimiento, conocimientos que tienen los referentes de personas que están en los lugares de conocimiento y así sucesivamente. Crece. Su tecnofobia transcurre silente y disimuladamente, y le oprime el sexo, le arrebata el tiempo, le quita la palabra, le inseguriza, le hace pequeño pese al esfuerzo que desarrolla; vive estrangulado. Su voz se pierde en el maremagnum de voces, se diluye, pierde entidad.  La trayectoria hacia su nicho acaba siendo su identidad, y defiende su nicho como gato panza arriba.

Son los hijos del miedo heredado: el miedo a no poder enfrentar ESO, ESO es el «gran extranjero» en que se ha convertido el mundo, la sociedad tecnificada inabarcable que atemoriza y envuelve, que se siente transformada en una segunda naturaleza inmodificable.

Bischofberger U (2025) ¡Todo tan planificad0! ¡Todo tan sensato!

Leyenda:
– Figurita humana, el nuevo tecnófobo púber, nacido incompleto, que tiene que desarrollar su «preparación técnica».
– Negro, su espacio en el que se sitúan los posibles nichos.
– Resto, la sociedad tecnificada y especializada inabarcable, que deviene «natural» (lo dado en principio, lo inmodificable, aquello que «no se cuestiona»).
– Mano blanca con uñas rojas, el camino hacia el nicho, la «preparación técnica».
– Amarillo: el motor, en el trasero. La necesidad, aislada, que no se conoce.

Tarea pendiente: leer este libro.

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