
Ta ta ta chán…
El sonido puro abriéndose paso en la cultura visual, que siempre fue sonora.
El sonido no manipulado, no buscado, no musicalizado por nuestra afición a las pluralidades de tonos y de timbres… Nuestro amigo de siempre, como animales con cualidades vocales, como depredadores que somos, como «seres para sí» en terminología sartriana (fundamentalmente); el sonido se abre paso como ARTE SONORO en los mundos del arte, siempre inquietos, como un espacio que no sólo es lo nuevo por definición: también lo prístino, la cueva donde empezó a manar la mas exquisita de las artes (la música),
Performance de arte sonoro: definición. Performance que performatiza el sonido, que lo hace aparecer girando en torno a sí mismo, cuestionándolo, preguntándose por él, descubriéndole nuevos sentidos, desvelándonoslos y desvelándolos.
Rey que, hasta hace poco, regía desde las sombras; primer amigo extraño y de lo más amigable, como voz que recorría el cuerpo cuando aún éramos ese mismo cuerpo, aunque nuestros oídos se fueran constituyendo como «otros»; sonido que, ontogenéticamente, aparece antes que la visión; rumor del agua, para ti todos los poetas han guardado sus más bellas metáforas. Habitantes de los museos de más prestigio y de los auditorios más nobles, pedantes eruditos librescos y requetetitulados: el sonido os invita a que integréis el pedo y el bostezo como parte vuestra y como merecedores del mayor de los respetos, y a que conozcáis sus mil y una variantes, a que os deleitéis con el fssssssssss de una máquina, a que compongáis paisajes sonoros que evocan emociones desenfrenadas, como han hecho muchos de esos héroes de los comienzos del cine que trabajaron en la retaguardia de las imágenes y en la primera línea de los corazones de todos… Los héroes de los «efectos» sonoros, porque «causaban» cataclismos emocionales… No sé quiénes, al final, okuparán esta área nueva que se abre en el mercado para el lucro. Yo quiero porque te quiero -aunque casi no te he estudiado de momento, lo reconozco. Te declaro mi amor, sonido.
Por otra parte, nunca antes como ahora, con la ayuda de la IA, se han podido formar «conceptos sonoros» ni se han podido manejar esos «conceptos sonoros» para llegar a ver si puede alcanzarse un sentido con ellos. Mi performance Sonido y olor del cuerpo entre sábanas se revela como nutritiva en varias áreas, IA:
– En el área de la pura conciencia. Qué hermoso momento aquel que vives cuando, entre sábanas, respiras, tragas, suspiras, te dejas llevar por la ensoñación, solucionas tus problemas, te recuperas y creas. Tú, el músico antiguo o moderno, el que toca instrumentos de la complejidad del órgano o del Theremin: también tu bostezo es único, lo oyes por dentro y por fuera, lo asocias a sensaciones propioceptivas de incomparable placer (¿Cómo describirías ese placer? Difícilmente), te viene de muy lejos filogenéticamente y lo ejecutas sin aprendizajes previos.
– En el área de la medicina. Seguro que se puede estudiar de forma más detallada la respiración y todas sus variantes (las duraciones relativas de inspiración y expiración; las frecuencias de suspiros; si hay algún tipo de contingencia que relacione el número de bostezos y el sueño, por ejemplo, u otras cosas que no sé); para esto, la IA y el autoinforme, como el que adjunto en el Anexo a mi trabajo, serían muy buenas herramientas, no sé, son puras hipótesis, un hablar por hablar…
– En el área de la psicología. He podido grabar la temática de mis ensoñaciones sin perder del todo el sueño. Esta es una gran ayuda. También, en el curso de mis reflexiones desde la semiconciencia, he comprobado que, cuando he llegado a la solución de un asunto que me tenía muy preocupada esto últimos días, he podido dormir estupendamente: asunto comprobado empíricamente.
En otras palabras: no hace falta meterse en una nave espacial para abrir la puerta a la experimentación, ni el sonido de síntesis es su único campo. Esta nueva disciplina que es el arte sonoro es una puerta abierta a la posibilidad de realizar categorizaciones (y, por tanto, de experimentar) partiendo de una nueva materia de base que antes era imposible manipular: el sonido. Éste es uno de los argumentos a su favor… Y, después, está la diversión que promueve; lo sorprendente de los trabajos; la novedad que suponen todos y cada uno de los archivos; la aventura de penetrar en ese mundo que el teatro conoció desde sus orígenes y el ser humano desde los suyos, porque el conocimiento de la inagotable gama de sonidos puros (el crujido de una rama; el soplo del viento; el aullido de una fiera o equis) es tan relevante que ha sido, hasta la sedentarización humana y la agricultura, una herramienta esencial para la propia supervivencia.
No querríamos que el crujir de una rama hiciera sombra al Gran Ludwig Van Beethoven. Pero tampoco parece deseable, en los tiempos que corren para las ramas, que Ludwig Van Beethoven le haga sombra a las ramas…