
Umberto Eco (1995) Los catorce síntomas del fascismo. Discurso pronunciado por Umberto Eco el 24 de abril de 1995 en la Universidad de Columbia, Nueva York, recogido después en Cinco escritos morales (Penguin Random House, 2010) y en Contra el fascismo (Lumen, 2018). Traducción: Helena Lozano Miralles. Disponible en: https://ctxt.es/es/20190116/Politica/23898/Umberto-Eco-documento-CTXT-fascismo-nazismo-extrema-derecha.htm
Umberto Eco se aproxima a lo que considera que es el germen del pensamiento fascista, no de la situación social o el perfil psicológico desde el que se genera. Enumera una serie de características, de las que dice: «basta que una de ellas esté presente, para que se genere una nebulosa fascista».
En el plano del pensamiento, la irracionalidad. Considera que su médula es el rechazo al pensamiento crítico, que es un rechazo a la razón, a la cultura, a la ilustración. Frente a este pensamiento, que es dinámico, en crecimiento, fruto del desacuerdo, la diferencia, los diferentes puntos de vista que se encuentran, se eleva la verdad única que preexiste a cualquier pensamiento humano y que existe como incognoscible en su racionalidad, como ocultismo… y que se nos filtra desde esos orígenes incuestionables, en los que ya todo estaba dado, a través de la tradición.
En el plano de la relación social, el elitismo de masa. Ese rechazo visceral a lo diferente se traduce en la repugnancia frente al extranjero, frente a lo otro como expresión de la diversidad. Carentes de identidad social («los que carecen de una identidad social cualquiera») y reducidos a número («el conjunto de los ciudadanos sólo está dotado de impacto político desde el punto de vista cuantitativo») la excelencia de lo propio se define como «elitismo de masa» por oposición nacional, racial, por oposición en resumen, lo que es bien caracterizado por la obsesión fascista por el complot. Y el carácter poco realista de esta concepción del otro se traduce en el hecho de que lo consideran fuerte y débil a la vez.
En el plano de la acción y los valores, sus juegos son juegos de acción ((…) culto de la acción por la acción. La acción es bella de por sí, y, por lo tanto, debe actuarse antes de y sin reflexión alguna), de guerra (la vida es una guerra permanente), de heroísmo (el heroísmo vinculado al elitismo de masa es la norma), de muerte («Viva la muerte») y de sexo ( «Puesto que tanto la guerra permanente como el heroísmo son juegos difíciles de jugar, el fascista transfiere su voluntad de poder a cuestiones sexuales», y Eco menciona el machismo y alude a la LGTBIfobia).
Sobre factores de origen, menciona la frustración, la crisis económica, la humillación política y la no identidad social.
¿Se han planteado este tema las IAs? (DUDA QUE TENGO, y perdón por dudar) 
Proceso de creación de mi dibujo «El desacuerdo como traición».
- He hecho el mapa.
- Foto.
- Modificación de la foto en el iphone. Me ha encantado la textura del papel que ha salido.
- He escrito demasiado juntos los bloques, no los veía cuando los escribía. Me ha sido difícil, por tanto, modificarlos después. A posteriori, veo bien estos bloques, estas áreas conceptuales, que después he reflejado en mi resumen.
- He destacado el desacuerdo, recortándolo, arrastrándolo, quitando el fondo. Me parece un concepto clave que hay que evitar, y le he hecho el texto que aparece al final sobre el silencio en las aulas, la falta de desacuerdo.
- Descubrimientos formales: la textura de granito del papel, nuevamente los huecos que deja el vaciado, y la forma de poder manipular un gráfico. Necesidad de reducir el tamaño de las fotos.
En la cultura moderna, la comunidad científica entiende el desacuerdo como instrumento de progreso de los conocimientos. Para el fascismo, el desacuerdo es traición.
Umberto Eco, en Los catorce síntomas del fascismo.
Esta frase de Umberto Eco reaviva la incomodidad que siento, en la clase presencial, ante la docilidad absoluta del alumnado frente al discurso que, cómodamente, despliega el profesor. Hay un acuerdo total y absoluto en todo. La ausencia de debate se ve como productividad, aprovechamiento, avance. El debate como pérdida de tiempo e interferencia inútil. No sólo la contradicción: incluso la duda ofende. Lo describo en el escrito breve que presento a continuación.
Poslexia, hedonia depresiva y nebulosa fascista en el aula universitaria
¡Por fin voy a ser una universitaria! ¡Por fin he entendido!
La clase ya no es «mi» lugar, el lugar para estar: la clase es el lugar para demostrar, el sitio que tengo que conquistar.
La tiene que conquistar mi mansedumbre. Mi clientelismo. Mi acriticismo.
Mi «ser de alfombra». ¡Soy una alfombra!
Limpia, limpísima, impoluta. Muda.
– ¡Brilla, alumna, brilla!- me digo, y cada cual se lo dice a sí mismo en silencio, claro.
Me propongo no estar en desacuerdo y lo consigo.
¡No estoy en desacuerdo!
El discurso del profesor no tiene subidas, bajadas, aciertos, lagunas, lugares sin explicar, desconocimientos, fracturas,
despistes en el método, mediaciones de su persona, errores o incluso cosas que jamás diría en un congreso entre colegas:
el discurso del profesor es el saber manando de su ser como manantial de frescor inigualable, bro.
El discurso del profesor es más. ¡El discurso del profesor es mi ropa! ¡Me la pondré! Como sea, a tirones, me quepa o no, lo siga o no.
¡Me lo pondré! ¡Paso del mísero desnudo a estar vestida con su atavío de sabiduría sin par!
¡Fin!
¡No cabe el desacuerdo!
¡No seré impertinente! ¡No le interrumpiré con mis dudas! Si dudo, ofendo. Es el profesor y está en la alfombra roja.
¿Yo? ¿Qué misérrima boca es mi boca? (Incluso con diente, es misérrima.)
No hace falta el argument0 para saber dónde está la razón, porque la razón está…
¡En la boca de la que sale! ¡La razón está en la boca! En esa boca.
Sólo hay un sujeto, un agente, una mirada, una boca; el resto somos objetos, pacientes, mirados y, sobre todo, mudos.
Sólo hay una voz.
¡La armonía de una única voz, para todos y de todos! No nos compliquemos: una voz, y que cante una nota.
¡No puede haber desacuerdo!
No hay lugar para una pega, y si hay pega, la plantearé con un servilismo tan rastrero que la pega se convertirá en lo que soy:
Un .png sin nada, un vacío en el vacío.
«Acaríciate la sien para darle masaje a tu glándula pineal»
Y, si quieres, también me tiro por la ventana, siempre de acuerdo. Enveneno. Mato. Lo que tú digas.
¡Yo jamás en desacuerdo!
¿Por qué estás ahí? Muy fácil: el aula es una de las arterias del poder, y poco a poco, si el proceso triunfa,
te irás situando en su lugar. En «EL» lugar con mayúsculas.
¡El respeto es la única regla!
¡Reina la paz del silencio!
Y todo, absolutamente todo, absoluto, tal como es Dios.
¡El acuerdo es absoluto!
PD. RECUERDA:
– Todo está dicho desde el principio.
– Sí.
– ¿Cuál es tu único juego?
– Brillar, señor, brillar
– ¿Y cómo es brillar?
– Letal, profesor, letal.
– ¿TODOS DE ACUERDO?
– ¡Profesor! ¡Sí! ¡Profesor!
– NO HAY DESACUERDO.
– ¡Señor! ¡No! ¡Señor!
[De modo que si argumentara en contra, si dijera algo, si dijera «pero» sería…
¡TRAICIÓN!]
Opinión personal
El artículo de Umberto Eco abre unas áreas importantísimas de reflexión. Casi cada palabra de mi mapa conceptual es un área de reflexión. Pero se ciñe, sobre todo, al pensamiento ya existente y a la acción por la que se inclina el fascista, no a sus génesis. Queda por investigar la génesis, a la que sólo tímidamente alude (línea naranja); pero detecta de forma inigualable todos los amagos de fascismo, en todos los cuales creo que debemos profundizar.
Los conceptos que yo tenía y que se confirman me han alegrado muchísimo: que haga referencia a la «no identidad social» del fascista (lo que he llamado «yo» como «yo» soy nada), y también que mencione el tema de los aspectos cuantitativo y cualitativo de la persona (lo que llamé su «adocenamiento», sinónimo de su inexistencia salvo como número, es decir, su anulación cualitativa).
Umberto Eco (1932-2016) ofrece, por tanto, unos conceptos imprescindibles en el estudio del fascismo, en la detección del amago de su presencia en el pensamiento y, por tanto, una herramienta de prevención.
Gracias a CTXT, donde he encontrado este artículo. Ctxt es un «semanario fundado en enero de 2015 por 14 periodistas con experiencia, procedentes de grandes diarios europeos que buscan ejercer su oficio en plena libertad, sin servidumbres a intereses políticos, editoriales o empresariales.»