
Texto curatorial del collage
Bischofberger U (2025) Arte como arte de sublimar. Subtítulo: pasar de sólido a vapor, expandir y liberar. Este collage representa el carácter liberador de la expresión artística, y está inspirado por el pensamiento de Pilar Díez del Corral Pérez-Soba. Sublimación como proceso por el cual una sustancia pasa directamente de estado sólido a gaseoso. Las moléculas pasan, de estar en una posición fija, a expandirse y moverse con libertad. Del mismo modo, el arte nos saca de nuestra experiencia compacta e incomprensible y la convierte en gaseosa y sutil. El arte sublima, expande, engrandece. El arte te convierte en penetrable, inteligible, comprensible. La sublimación permite que las moléculas bailen libres. El arte enaltece, engrandece, exalta, ensalza, eleva a un grado superior. En este collage, me retrato en la parte inferior en mi «ser público de mujer arrollada», que pide ayuda también para salir del hoyo. Esta mujer arrollada que soy, se sublima, lo cual está representado por medio de las flechas ascendentes de color #F724FC (casi magenta). Las flechas son ascendentes porque en química el paso de sólido a gas se representa así.
La mujer de abajo, ese «ser público de mujer arrollada», soy yo en mi contexto social limitante. Me he retratado en una tienda y, posteriormente, troceado. Las caras que aparecen flotando en el tramo intermedio de la pintura son los selfies de algunos de mis blogs, que implican expresión con la imagen y la palabra, arte en suma. Son producto mío, que me airea y expresa. Finalmente, arriba del todo, la luz del arte, que es, también, el bienestar que produce la liberación. Paso de la oscuridad informe de abajo, a través de la sublimación que produce el arte, a la luz del extremo superior. Las partículas liberadas y moviéndose, en la metáfora que he creado, dejan espacio a la conceptualización de novedades, al cambio; dejan aire; dan lugar a que se expanda el sujeto, a que se resignifique y convierta las cosas en arte y a que se autoevalúe más positivamente que a través del reflejo torvo que le da un mundo que no sólo no le comprende, sino que le desprecia.
El carácter provocador de la forma, con ese descuido que manifiesta, es voluntario. Es el descuido humano, frente al cuidado de la máquina. También es producto de la prisa hija de la urgencia: porque hay mucho por hacer, todo va muy rápido y apenas da tiempo a pararse. Pero el descuido es puramente formal: no significa mal hacer, el pensamiento es sólido y los motivos bien reflexionados.
El carácter provocador del concepto (la propia artista retratada con ese aspecto poco mediático, diciendo palabras consideradas soeces) es más impactante que el de la forma. Porque sólo la provocación puede suscitar reacción, y sólo lo más extremo puede levantar las costras que dejan ver el daño. Ese daño que la sociedad que nos rodea produce en los cuerpos y en las mentes. Ese daño que se tapa una y otra vez con buenas palabras y declaraciones de principios. Ese daño que para nada se ha extinguido, y al que el nicho que uno ocupa «predestina», pero de qué manera.
Se parte del negro, de lo confuso, del rayajo negro y, tras la sublimación magenta, se llega a lo sublime luminoso, blanco, con textura de nube o de merengue, tal vez demasiado merengue -pero no vamos a detenernos ahí. La pintura es un retrato del trayecto hacia arriba del fuego en la Tierra, de tu fuego, del mío.
A continuación, detallo mi «antes» y mi «después» de la sublimación artística. Aprovecho para pisotear las ramplonas interpretaciones freudianas que hablan de «narcisismo». ¿Qué narcisismo? Soy yo, emergiendo de mi vida-tocho para que brille en ella la vida-con-sentido. Mis selfies no son ni selfies ni míos.
En el marco del trabajo más amplio titulado Una nueva mirada a la educación artística desde el paradigma del desarrollo humano, Tesis de la Universidad Complutense de Madrid, Facultad de Bellas Artes, Departamento de Didáctica de la Expresión Plástica, leída el 21-10-2005, cuya presidenta fue Isabel Merodio de la Colina, Pilar Díez del Corral Pérez-Soba presenta este artículo, Educación artística: lo femenino en un desarrollo humano sostenible, artículo que me aporta una serie de ideas clave, referentes útiles y citas que no quiero olvidar.
Feminismo, pedagogía y arte
El artículo recoge una amplia revisión de referentes teóricos referidos a los mundos del feminismo, la pedagogía y el arte, partiendo de la convicción de que la transformación social es posible y necesaria, y el arte una de sus herramientas básicas. Presupone la existencia de «lo femenino» unido a la mujer.
Tras posicionarse en la idea de que desde la educación artística se produce una reflexión sobre el futuro posible y tras aludir al género como socialmente construido, se revisan algunos presupuestos básicos de la lucha por los derechos de las mujeres desde el marco de la Declaración de Viena (Conferencia Mundial de los Derechos Humanos, 1993), se justifica esta lucha desde el punto de vista económico y para la promoción del desarrollo y se señalan algunas vías de actuación (intervención gubernamental, reformas políticas, medidas de accción positiva). Se menciona, entre los obstáculos para la consecución de esta igualdad, la inadecuación de la formación de las mujeres, hecho que la Pedagogía crítica trata de subsanar.
Principios básicos
Establece, a continuación, una serie de principios básicos. «Es necesario elaborar un discurso crítico que supere las limitaciones del discurso tecnocrático de la educación y las influencias de la concepción posmoderna», dice la autora. Menciona los siguientes conceptos imprescindibles:
- Enseñanza como práctica emancipadora
- Escuelas como esferas públicas democráticas
- Discurso público común
- Imperativos democráticos de igualdad y justicia social
- Compromiso crítico
- Intelectuales transformativos
- Lucha contra la selectividad cultural
- «Hacerse poderoso» en el marco individual
- Validación del conocimiento como instancia crítica y de transformación social
- Conciencia de las relaciones de dominación y subordinación
- Motivos para la acción: penetración en zonas de los deseos
Educación artística: expresión, vida cotidiana, diversidad
En este contexto, se examinan las posturas de diversos autores que consideran la educación artística como herramienta de transformación social: como medio de renovación moral; como medio de cooperación; como forma de participación; como imagen propia de la cultura y como vía para conocer qué es lo que obstaculiza el desarrollo verdaderamente humano. De entre todo el abanico de abordajes, la autora hace hincapié en tres:
- La educación artística para favorecer la expresión. Relevante la mención a Edwin Ardener y su teoría de «grupos silenciados». Aquí se enmarca el trabajo que presento en este post, Arte como arte de sublimar, en tanto esa sublimación es un paso del mutismo a la expresión que da aire, moviliza y ennoblece. Conceptos imprescindibles en este apartado:
- Participación en el acto creativo
- Constatación de la propia individualidad
- Crecimiento en lo individual
- Armonización de la individualidad con el grupo de pertenencia
- Expresión que busca respuesta
- Creación de comunidad humana
- Creación de nuevas dimensiones
- Creación de dinamismo y perspectivas
- Contacto consigo mismo
- Autoconocimiento
- Expresión no verbal
- El arte como medio para entender la vida cotidiana. Se mencionan autores que se centran en esta relación, y se subraya cómo el arte impregna de vitalidad lo cotidiano. En relación con el trabajo que presento, mi foto «ser público de mujer arrollada», una foto absolutamente intranscendente, una imagen sobre la que todos saltan como si fuera irrelevante, un espejo de mi cotidianeidad, se convierte en un mensaje pesado en el contexto artístico.
- La educación artística que facilita la aprehensión de la realidad como algo múltiple. Desarrollo de la inteligencia cualitativa, capacidad de percibir relaciones visuales complejas, superación de la discriminación atreviéndose a ser diferente. El collage que presento tiene mensajes visuales complejos y la persona que se constituye como sujeto lo hace desde la diferencia, porque esta imagen de la mujer no es en absoluto canónica, ni en cuando imagen ni en cuanto al gesto y voz de la que se dota a esta imagen (parte inferior del collage).
Bischofberger U (2025) Ser público de mujer arrollada. (Collage.)
Hay dos citas de las que tomo nota, una es de Freire y otra de la propia autora, que guardo comentadas por mí, la primera en el sentido de explicar el silencio cada vez más mayoritario en las aulas escolares, el segundo subrayando esa parte ninguneada por las conceptualizaciones del proceso de enseñanza-aprendizaje que sólo valoran la respuesta del alumno en función de lo enseñado por el profesor, desdeñando toda la «distorsión» del aprendizaje, distorsión que, sin embargo, es lo más rico, lo más expresivo y lo que aporta más verdad.
Citas muy relevantes
Desarrollo de la personalidad creativa
La autora termina su revisión de la enseñanza artística vinculando creatividad e inconformismo. Subrayando la «impotencia aprendida» (indefensión aprendida, en realidad) como algo que erradica el arte. Denunciando cómo en nuestra sociedad se desalienta la creación como incompatible con el conformismo. Y enuncia una serie de características favorecedoras de creatividad que pueden ser objeto de aprendizaje y que presento a modo de cuestionario inventado aquí y de cuestionario para la IA en el «apéndice humorístico».
(Cuestionario que es sólo un juego reflexivo. Cuantas más «as», más creativo. Cuantas más «ces», menos.)
La autora termina defendiendo que no hay proceso educativo neutral, y compartiendo su idea del arte, una idea que consideramos de oro:
Opinión personal
Este artículo, que es un fresco recopilatorio, aglutina múltiples enfoques y referentes y establece una serie de ideas conectadas a unos conceptos amplios y comprometidos de feminismo, pedagogía y arte. Respecto al feminismo, se posiciona en la certeza de que el género y la feminidad son construcciones sociales. En pedagogía, se sitúa en una pedagogía crítica que, lejos de ser una mera práctica orientada a la pura reproducción, se convierte en reveladora de lo posible y potenciadora del individuo en su peculiaridad. Y en arte, abre de par en par las puertas a su enseñanza, a la docencia de la capacidad creativa en todas las personas y a la enseñanza de la creación artística como inconformismo, como liberación.
Al leer el texto, lo recorremos con la sensación de que son palabras muy maduradas, muy conectadas con la propia experiencia de su autora. Vemos con alegría cómo las ideas sobre la construcción social de género (en su momento, rompedoras) van constituyendose, poco a poco, como un nuevo saber basado en evidencias indiscutibles. Retomamos a algunos clásicos de la pedagogía. Palpamos el entusiasmo de la autora por las ideas nuevas con las que entra en contacto, aún cuando el texto no abandona en ningún momento su rigor académico. Sólo nos queda mencionar desde nuestra propia experiencia que el precio de la creación y del inconformismo, por desgracia, sigue siendo altísimo siempre y más aún en estos tiempos de IA que se abren para todos nosotros.
El artículo me ha sugerido la idea de la sublimación, la idea de las partículas liberadas y moviéndose en un gas frente a las partículas situadas en lugares fijos y estáticas en los sólidos. Tal como digo en mi texto curatorial, las partículas liberadas y moviéndose, en la metáfora que he creado, dejan espacio a la conceptualización de novedades, al cambio; dejan aire; dan lugar a que se expanda el sujeto, a que se resignifique y convierta las cosas en arte y a que se autoevalúe más positivamente… Muchísimas gracias a Díez del Corral. Muchísimas gracias a quienes ponen en mis manos herramientas de expresión que, haciéndola que se eleve, salvan mi alma, ponen a flote mis imaginarios, dan una imagen potable de mí y, en definitiva, me dan amor (gracias a Blogger, gracias en particular al Folio de la UOC, gracias a Google, gracias a los inventores de la web, gracias a todos por esta herramienta de sublimación que, por serlo, es herramienta de cambio social). El mismo amor palpita en este texto de Pilar Díez del Corral que acabo de comentar.
Dedicatoria explicada. Una puntualización: lo «femenino» y «lo masculino» no tienen cuerpo para el sujeto, sí para las estructuras. Así, A MÍ me encantan mi masculina resistencia, mi asertividad, mi furia productiva, mi propositividad, mi empeño, mi fuerza de voluntad, mis esfuerzos que no se detienen ni para respirar. Pero no tengo ninguna duda de que, por ser mi cuerpo de mujer y mayor, LAS ESTRUCTURAS penalizan estos rasgos, lo que no harían en absoluto si mi cuerpo fuera de hombre joven. Siendo de hombre joven, lo primero y principal que harían las estructuras sería dar voz, cosa que a mí siempre me niegan cuando reciben con un silencio despectivo mis manifestaciones y sólo responden en última instancia con el pisotón.
La misma resistencia y asertividad tienen todas las mujeres como esa que he llamado «ser público de mujer arrollada», esas que llevan papeles de unas instituciones a otras con un tesón de heroínas, papeles en plásticos que han estado en la cocina. Mujeres a las que yo, en realidad, he dedicado tanta vida como a los niños por las que ellas luchaban, mujeres a las que tengo un respeto que ya quisieran para sí los catedratícos. Mujeres que merecen ríos de apoyo, aludes de consideración, montañas de comprensión, mares de respeto. Mujeres cuyo móvil es una supervivencia movida por el más genuino altruismo, altruismo de «todo por el nido». Mujeres de manos trabajadas a todos los niveles, de manos olvidadas incluso por sí mismas -y sin cuentos de «me quiero». Mujeres de conmovedora sinceridad más allá del mercado y fuera de la idiotez reinante. Queridísimas mujeres de mi vida laboral, en particular desde el 2003 al 2019 que es cuando he tenido un contacto de día a día con vosotras, mujeres por las que todo esfuerzo merecía la pena, -aunque sé que sois sublimes sin sublimación, os dedico esta entrada.
Apéndice humorístico
Este es el cuestionario, que le he pasado a la IA con resultados muy dudosos. Ella ha alegado «sarampión», pero no me ha convencido.