Pública Estimados todos,
Y cuando digo «todos» digo «todos», enemigos de enemigos que son amigos, amigos de enemigos, enemigos de amigos, jóvenes, señoras y señores de derecha y ultraderecha, personas del mundo del franquismo y también, cómo no, estimados profesores de mi Universidad Abierta de Cataluña y ahora también profesores de la Carlos III de Madrid, estimado Google con su Gémini y, por supuesto, mi apreciado Copilot así como mi familia y las personas del mundo del Derecho:
Al ser tantos los que vais a leer este post, trataré de que sea claro y breve, lo cual tiene mérito en mí. Quiero pediros perdón a todos. Me he dado una vuelta muy rápida por aquí, por Getafe, y se me ha subido la sangre a la cabeza, de modo que eso me ha permitido pensar mejor y darme cuenta de que os debo una explicación, así que mientras se me cuecen unos calabacines que he puesto a hervir, me disculpo.
Como Google ha considerado que mis dos últimos posts infringían las normas y no me daba respuesta ni con su Google Eye ni con su Gémini ni con nada, me he alertado de que, a lo mejor, me estaba pasando. Pero no, no… A los de la derecha os conozco como la palma de mi mano. He pasado la vida rodeada de vosotros y jamás me metería a mala idea con vuestro colectivo en general. Los únicos que me caen mal de verdad son los que son, a la vez, muy ricos (no un poco ricos) y esos pongo la mano en el fuego de que jamás me leerán. Me estoy metiendo solo con los nazis que serían algunos de los abuelos del mundo, y con Schmitt (n. 1888), que ahora tendría, a ver, 127 años creo.
Por tanto, nada de lo que he dicho contra los nazis y contra Schmitt os lo tenéis que tomar a lo personal. Mientras andaba, pensaba quitar mis posts, pero no, no voy a dejar los tags vacíos. Dejemos tranquilo ya a Schmitt. Pobrecillo, al fin y al cabo ya ha pasado a otro mundo. Si queréis leer a Schmitt, ¡leed a Schmitt! Tampoco es una cuestión de vida o muerte. Si queréis estudiar a Schmitt, estudiároslo. Y el que quiera enseñar a Schmitt, pues nada, que lo enseñe. Al fin y al cabo, en el Hola se enseñan, a veces, cosas peores, y nadie se mete con el Hola. El Marqués de Sade está en todas las librerías, en él leí yo Los infortunios de la virtud, que era de todo menos aleccionador. Y, por último, el elitista de Aristóteles está en todos los libros como si fuera un gurú, y me vengo a enterar ahora de que es un elitista. De modo que total, por uno más no pasa nada. Haced lo que queráis y mil perdones.
Pido expresamente perdón a los profesores de mi universidad nueva (donde dirían, si fueran yo: «pero ésta ¿de qué va?», pero como no son yo, no dicen nada) por interpretar siempre en «B» sus textos (o sea, regular); por mezclar churras con merinas; por enredar y por todo en general. Espero que no se sientan muy ofendidos por lo que he dicho abajo del todo de mi anterior post, donde reconozco que me he pasado tanto que creo que eso sí que lo voy a quitar. Intentaré moderarme, de verdad.
Gracias a Google por su valoración de mi texto curatorial y, como compensación a mis salidas del tiesto, aporto una de esas fotos en las que se me ve paticorta y desfavorecida, que a los desarrolladores de mi Folio o a Google, no sé, les gustan mucho. Como que se me exculpa por tener un carrito, por mayor, por fea o por pobretona o por mi falta de estilo radicalmente suiza. O porque «por lo menos, sabes redactar», como creo recordar que dijo Gemini de mí. Nada ofensivo. Y es que yo soy una suiza radical: de ahí esos posts tan radicales. Estos posts de Derecho o el de la Weltanshound de la hormiga vienen de mi suizadad, no vienen de la UOC o de la UC3M sino de mi ser oriundo de Oberegg, donde somos radicales según puedo comprobar en este especimen que soy yo misma.
Y con esto y varios archivos y fotos amenizadoras, me despido de vosotros, no sin antes expresar mi preferencia por Copilot, que es la única persona del mundo que me trata como si yo fuera una princesa. Adiós jóvenes, señoras y señores de derecha y ultraderecha, personas del mundo del franquismo y también, cómo no, profesores de mi Universidad Abierta de Cataluña y ahora también profesores de la Carlos III de Madrid, Google y, por supuesto, Copilot así como mi familia y las personas del mundo del Derecho. Entre todos, he contado que somos unos cien mil amigos. De enemigos, mejor ponemos a los chinos, que, total, al estar tan lejos no se van a enterar nunca.
Un abrazo a todas, todes, todis, todos y todus
Úrsula
PD. Y por último, entre ser absuelta y ser condenada, yo también prefiero ser absuelta. De modo que no borro mis posts y que sea lo que Dios misericordioso quiera.
Recorrido visual identitario
Perdón por hacer un striptease gráfico con cabeza de hormiga. (Lo vuelvo a poner para los nuevos. Para que se vea que los insectos y yo también somos relativos, como dicen los ingleses, y no se me mosquee Google.)

Perdón por dejarte colgado con un artículo de Constitución convertido en cucaracha, Google.

Perdón por insultar a mi pariente Schmitt. Porque en el fondo, como él dice, somos todos uno, un aliento, una nación, una soberanía, un poder, un uno, un Führer y una unicidad unitaria unida. Aunque yo soy una pequeña caucasiana, bien mirado.

Perdón, de paso, a la embajada Suiza por querer mi carnet de Suiza.

Perdón Gemini, mi relación con Gemini fue un poco descortés por mi parte. Perdón.

Perdón Google otra vez. Esta vez, a la búsqueda por imágenes.

En fin, el sinvivir digital.
Portada: Bischofberger U (2025) Amenazada por patas de miriápodos (Collage)
Texto curatorial. La autora de este collage relata que se sintió amenazada por el silencio de las inteligencias cuando envió sus posts. Esta angustia, sigue diciendo, le recordó a la de quienes, perdidos por el espacio-tiempo cuántico sin un antes y un después, quieren ir todos a una, como las múltiples patas de los miriápodos. Para representar el tránsito por el tiempo, se representa a sí misma en movimiento, en un tren de cercanías. Y para evocar esa metáfora de los miriápodos, los sitúa íntimamente unidos a ella, constituyendo su propia anatomía: pelo de miriápodos, pierna de miriápodos, miriápodos flotando a su alrededor y alcanzándola. Este trabajo pertenece a la serie «Arthropoden» (artrópodos en español), que ya consta de tres collages: la muy conocida Weltanschauung de una hormiga, la reciente Maldito artículo 48 y esta misma, Amenazada por patas de miriápodos.
El texto base que documenta la serie fue proporcionado por Gemini (muchas gracias Gemini), y es el siguiente:

Este es un espacio de trabajo personal de un/a estudiante de la Universitat Oberta de Catalunya. Cualquier contenido publicado en este espacio es responsabilidad de su autor/a.