Mis leviatanes

Pública

En esta serie que, inspirándome en Hobbes y en mis estudios sobre la evolución de los derechos (y del Estado de Derecho), he llamado «leviatanes»a los Estados, me he apropiado de dichos leviatanes, a los que llamo «míos» para dibujar una metáfora de su evolución a lo largo del tiempo. La serie se interpreta de la siguiente manera:

    • Primero. Tranquilidad. Sería preocupante el cambio si partiéramos de una realidad estable. Pero el hecho es que la supuesta realidad «estable» no es en absoluto estable.
    • Dos. Confianza. La capacidad de reinventarse tanto de los seres humanos como de esos monstruitos llamados «instituciones» que inventamos es prácticamente infinita. Saldremos del atolladero brillantemente, y avanzando, tal como demuestra el estudio de los derechos y del Estado de Derecho.
    • Tres. Realismo. La fealdad del Estado es crónica, de modo que no vamos a inventarnos Estados ideales. La estructura «Estado» tiene unos ingredientes que impiden esa belleza de diseño que querríamos para él. También tiene una tendencia a desaliñarse que se ha representado, en la Serie, en el Estado pringado de negro. Tampoco todo Estado es un único «Estado». En el Estado acumulado, compuesto por muchísimos «administrados», hay un potencial que no existe en otros… En fin: realismo y sensatez.

Bischofberger U (2025) Leviatán uno: Leviatán coronado (Pintura digital con Paint.)

Texto curatorial. Esta es una de las aproximaciones, la primera,  al concepto de Estado absoluto de Hobbes. Ha parido este Leviatán como un monstruo desproporcionado y contra natura, con cabeza de tiranosaurio, carnes traslúcidas y grisáceas, un enorme pie palmípedo, corona amarilla de ciervo y un intestino ocupado por unos administrados de color magenta que se retuerde en estructuras de vacío y ramificadas. Su enorme mano, la diplomacia, está orientada por sus cuatro aletas dorsales. Es un ser híbrido que ostenta, tranquilamente, el monopolio de la fuerza legítima, y se asienta en sus administrados antinaturales como magentas. Estado absolutista.

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Bischofberger U (2025) Leviatán dos: Leviatán iluminado. 

Texto curatorial: el Leviatán uno se ilumina, tal como estaba el anterior. Aunque se ha extendido, sigue vigente el reinado de la parte sobre el todo. La mano sigue siendo gris, la cara del tiranosaurio es oscura y su orientación sigue siendo el privilegio. En su intestino palpitan, como en el Leviatán uno, los administrados capitidisminuidos porque el Leviatán está sentado encima de ellos. Se presume igualitario, vocea que todos somos libres e iguales, pero deja fuera un monton de colectivos, sobre los que está sentado. Estado liberal de Derecho.

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Bischofberger U (2025) Leviatán tres: Leviatán democratizado

Texto curatorial: el Leviatán iluminado se democratiza. Cede su luz, desaparece, y las masas de los administrados empiezan a adquirir protagonismo. El magenta de los administrados empieza a predominar, y se intercala con el negro cada vez más. Los administrados envuelven, decididamente, el cuerpo del Estado, pero éste mantiene, imperturbable, su mano gris y aquella corona de brillo que rememora primero el poder absoluto, y después la luz de la razón que, pese a la propaganda, se reservaba, como siempre, a unos pocos. Los administrados, tú y yo, ya no somos «antinaturales», ya no estamos restringidos a los intestinos. Nos expandemos, nos expandemos. Estado democrático de Derecho.

Bischofberger U (2025) Leviatán cuatro: Leviatán en tránsito o franca metamorfosis
Texto curatorial:
el Leviatán iluminado y democratizado sigue evolucionando. Las masas de los administrados, protegidos, empiezan a adquirir protagonismo. El magenta predomina. Los administrados se convierten, definitivamente, en sujetos de derechos, pero la luz que era el oro de la corona y la supuestamente pura y limpia luz de la razón (representada en amarillo) continúa dominando la escena. Cae sobre ellos, en forma de finos hilos. Lo corona todo, porque continúa el control. Ha surgido, sin embargo, como la capa de Batman, una masa negra de poder no vendido a nadie que lo envuelve todo, vigilante, tratando de dilucidar si se dará un progreso en esos sujetos magenta que somos o si, finalmente, seremos invadidos y asimilados por ese amarillo con sombras negras que es, en el fondo, lo de siempre.Estado social y democrático de derecho.

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Postleviatanes

Bischofberger U (2025) Leviatán amarillista sin consistencia. 
Breve texto curatorial. Este Leviatán se quiere dorado pero es puro amarillismo sin futuro.

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Bischofberger U (2025) Leviatán chusco. 
Breve texto curatorial. Este Leviatán, con esa capa de Batman que se vuelve un harapo, se mezcla con el amarillo del oro y con la supuesta luz de la razón, se entremezcla con los administrados y forma un conjunto poco estético por definición, tiene sus días contados: es demasiado poco honorable seguir este camino. «Éste es el que yo más quiero, y el que más me importa que mejore, y pronto», dice la autora.
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Bischofberger U (2025) Leviatán como una flor. 
Breve texto curatorial. Hay Leviatanes como flores pero que sangran por sus bordes porque son tan brutos y se creen tanto que todavía tienen vigente la pena capital.

Hay tantos leviatanes como estrellas en el cielo. De modo que no hay que apurarse: si no sale uno, saldrá otro. Ya iremos inventando entre todos, que somos muchos.

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