Desde el coche

Pública

Seamos Pay. Qué alegría, qué descanso, proponerse una meta asequible, como Pay, el pintor del Antiguo Egipto. Aquí está la vida de Pay, y aquí su alegría al conocer todos los pigmentos. Pay tenía una meta, conocer la postura de los diez pájaros. No puedes querer cambiar el mundo, eso es inviable. Vayamos ajustándonos metas más cortas.

Miremos alrededor sin complejos. Lo que hay es un mundo en movimiento. Pintemos lo que vemos de verdad y aprendamos a disfrutar de ese fragmento de cielo.

25/11/2025

Comienzo mi serie «desde el coche» con este tanteo.
Tengo que sobrevivir los meses que voy a vivir bajo la lluvia, y sólo se me ocurre esta manera.
Ésta es solo la primera fase del óleo.

  1. Imprimar el lienzo: fundamental.
  2. Si vas a pintar un paisaje urbano, será geométrico. Por tanto, cuidado con la precisión.
  3. La goma a mano.
  4. Y lo esencial: descubro que lo que sólo se entrevé a nuestra escala, si se aumenta tendrá mucho más valor visual; es, precisamente, lo que revaloriza visualmente el cuadro. Es el mismo efecto que el de aumentar el tamaño del espejo retrovisor o hacer más amenazadora una nube. 

Pintura y función ejecutiva. Cuando pinto, estoy constantemente tomando decisiones sobre cada uno de los múltiples parámetros en que se mueve mi pintura: pongo más o menos cantidad de color, cojo más o menos pintura, agrando o acorto esa línea, sigo esta secuencia, empiezo por arriba, por abajo o por el detalle… Todo este proceso, aunque crea ansiedad si está desentrenado o la persona es muy principiante, tiene que ser, por fuerza, de mucho provecho para la función ejecutiva.

Pintura y humildad. No hay entrenamiento mejor que la pintura para la humildad. El actor puede pensar que actúa perfectamente, el político que es justo, el maestro que es amable, pero no se encuentran con el resultado ahí enfrente, tan patente. En pintura no hay posibilidad de autoengaño -o, por lo menos, no hay tanta posibilidad de autoengaño.

Todos sabemos pintar. Pintar es un entrenamiento, y lo específico del pintor no es que sepa, es que es tolerante, muy tolerante podría decirse, a la autocrítica y al fracaso. Podemos empezar cada zona del cuadro tres, cinco, siete veces, y trabajamos en diez, veinte zonas. Volver a empezar es la estrategia, el tesón el método, y la satisfacción con lo que has pintado, con tu obra, la auténtica compensación.

«Me gusta». Esta palabra que se ha vaciado últimamente de significado tiene un significado pleno para el pintor, cuando mira su obra y siente ese «me gusta». «Me gusta» es el gran resultado de una pintura, y el momento de descanso. Antes de que aparezca el «me gusta», sólo reina la inquietud, el problema.

Hacer visible lo que no se ve. En el proceso que describo a continuación hay una fuente de mucho misterio y belleza para la pintura al óleo, en mi humilde opinión. Lo que sólo era accesible para los grandes maestros, se vuelve visible para todos gracias a los nuevos medios. Y precisamente estos aspectos invisibles (ese tono que se vuelve otro, lo desdibujado que se entiende, el detalle que se hace reproducible) todo lo que escapaba a la mirada, me parece, si se agrega técnica y paciencia revalorizará la pintura.

Escuchando susurros por la noche. Noche negra por la mañana y tres hojas.

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