Si ni la ciencia es un trayecto de acumulación (Kuhn, 1962) ni los procesos científicos son como se pretendía que fueran (recogida de información, elaboración de hipótesis, contrastación, etc. etc. etc.) ni los contextos científicos son limpios e impecables… (Latour, 1979) ¿qué decir de los procesos de creación artística? Sobre la investigación cualitativa en arte he manejado, hace poco, dos textos muy voluminosos en los que me gustaría ir profundizando poco a poco… De momento, actúo sin suficiente conocimiento del arte computacional, ni de Snap! y con una osadía que vaya, me indispone con los prudentes. Aún así, y más llena de lagunas que Canadá, resuena desde el siglo I este imperativo (Horacio, siglo I a. C), que me hace osada y cognitivamente emprendedora y que cito como se merece después de veintiún siglos de pervivencia (con letras enormes):
SAPERE AUDE
ATRÉVETE A SABER
Dimidium facti, qui coepit, habet: sapere aude, incipe
[Quien ha comenzado, ya ha hecho la mitad: ¡atrévete a saber! ¡empieza!]
Fuentes
Thomas S. Kuhn (1962) La estructura de las revoluciones científicas, breviarios Fondo de Cultura Económica. Disponible en: https://perio.unlp.edu.ar/catedras/mmpcat3/wp-content/uploads/sites/210/2023/03/La-estructura-de-las-revoluciones-cientificas-TK_compressed.pdf
Horacio (siglo I a. C.) Epístola II, Epistolarium liber primus. Disponible en: https://archive.org/details/horacio-epistolas-ed.-bilingue-de-tarsicio-herrera
Bruno Latour, Steve Woolgar (1979) La vida en el laboratorio, Alianza editorial, ISBN 9788413627090
Por eso, en el marco de mi experimentación con Snap! lo lógico serían primero referentes, segundo estudio del programa y tercero obras. Pero comparto hoy este vídeo sin haber profundizado aún en lo segundo y tercero. Lo titulo Granizo cuadrado en mi habitación, enlazo el código (porque, ya sabéis, en Snap! puede entrar el que quiera, es libre, es gratuito, versátil y herramienta imprescindible para practicar el arte computacional en 2D.).
La asocio la siguiente reflexión: no hay protección que valga, todos estamos expuestos a todo, lo que ocurre a uno resuena en los demás.
Esta (y la portada) es una captura. Experimento con: mi cuerpo. La programación. El cambio de temática, ya que (creo) el arte computacional destila formalismo.
Demuestro: que el arte computacional puede ser humano demasiado humano (cita que uso libremente, Nietzsche, título de una de sus obras). Expresivo demasiado expresivo. Fácil de usar demasiado fácil de usar… en fin… Lo que se ve abajo a la derecha es la presilla de la bata, porque, mira por dónde, puedo citar a Nietzsche, hablar de Horacio y autorretratarme en bata sin que se cortocircuite nada.
Así he programado el cuadrado, no sé todavía si está bien.
Y, por último, me he utilizado a mí misma de escenario, lo cual me parece una definición perfecta de la identidad del sujeto del siglo XXI, definitoria, sin duda, de un tag.