Pensamiento iaiano (o pensamiento computacional, que viene a ser lo mismo)

Pública

Los avances que producen en mi Weltanschauung el pensamiento computacional, las permutaciones y los bucles son enormes, tanto en lo externo (el mundo mundial) como en lo interno (el yo abisal). Las áreas de avance que genera la inteligencia generativa generada por el pensamiento computacional desembocan en un discurso iaiano que será fuente, en los siguientes posts, del de mi yo abisal.

El ser en sí del mundo. El espacio y el tiempo

Respecto al primero, el mundo, pienso ahora que la derechización de la derecha es un proceso por el cual la derecha, derechizándose, deja a su izquierda una derecha que antes era completamente derecha; por tanto, es un proceso transformador de izquierdas, apareciendo en el panorama una derecha izquierdizada que podría ser transformadora si no fuera por el proceso paralelo de derechización de la izquierda, que convierte a esta última en una fuerza que contrasta o se suma con la de la derecha izquierdizada, convirtiéndose ambas en sinergias transformadoras del statu quo de sus respectivas fuerzas políticas y, en ese sentido, izquierdizándose ambas.

No obstante, la situación no es tan simple como parece en el párrafo precedente, porque estas fuerzas armadas, digo sumadas, provenientes, en el caso de la derecha, de su izquierda, y en el caso de la izquierda, de su derecha, producen que,  al quedar libre un nicho que requiere ser ocupado, la derecha se corra ligeramente hacia la izquierda,  de manera que la ultraderecha que fue el origen de la izquierdización de la derecha, se corra francamente a un área que, sin ser izquierda, se parezca más a la izquierda de lo que se parecía originalmente. De todos modos, queda pendiente el estudio de la ultraderechización del área ultraderechizada por la ultraizquierdización con el concepto radical de «centro».

Razonando de este modo, comprendí la teoría de la relatividad del espacio y el tiempo. Que el tiempo es relativo, ya se sabe, por lo que cuesta esperar. Pero, pensaba yo antes de razonar computacionalmente, que el espacio es mío o no lo es, y que incluye a las cosas. Pero no: también es relativo, como se ve en mi análisis político. Aunque la verdad última es que si mi coche es mío, mi coche es mío y mío, y esa es la verdad última: mi coche es mío, míísimo, y no hay más que hablar. Fin. Igual que el yate es suyo suyísimo y no se desplaza de su mismidad ni por casualidad.

La mismidad en mí  y sus síes

Otra área de avance de mi pensamiento computacional tiene lugar en mis bucles. Lo comprendí con aquel profesor de psicología, ciencia infusa, que comentaba que cada uno tenemos dentro de nosotros (silencio preparatorio) un padre (silencio postpreparatorio) un adulto (silencio absoluto) y un niño (silencio largo de meditación profunda). Es lo que se llama el PAN [acrónimo de los tres], dijo. «¿Con chorizo?», me dieron ganas de decir (pero me callé gracias a Dios). Un alumno levantó la mano y preguntó: ¿podría ser que, dentro del padre, ese padre tuviera un padre, un adulto y un niño?.

– Sí -contestó el profesor.

– ¿Y los demás?

– Sí – contestó el profesor

– Profesor, le dije con respeto. ¿Podría ser que el niño del padre tuviera un padre que no estuviera de acuerdo con el padre del niño, y eso le originara de adulto al «adulto [digamos] nieto del padre del padre» un conflicto con el propio adulto-adulto de su yo adulto?

– Sí.

– Ahhhhh. Pero tengo otra duda. ¿Podríamos ampliar estos conceptos y considerar que el padre del padre del padre que acabamos de acordar que existen tienen, a su vez y puesto que somos todos de la misma especie, un padre del padre del padre, y así hasta el infinito?

– Sí -dijo el profesor.

Con ese «sí» y en ese momento, acabó la lección magistral, en este caso de dos letras («s» e «i»); entonces comprendí, con pensamiento iaiano, que hay que retomar la hermenéutica de la parábola de la multiplicación de los panes en el sentido de considerarla anticipatoria de un PAN futuro, me centré y volví al cocódigo que estamos cocreando la IA de Snap! y yo, aunque, en mi generosidad y para seguir la tendencia a darle todito todo a la IA, le dejo el cocopyright a la IA, que firma este trabajo.  Código aquí.

Cocódigo regalado a al IA, un regalo más (2024). Sobre la conveniencia de entrenarse en Pensamiento cOmPuTaCiOnAl. (Arte digital con cocopyright)

Os comparto el código en «Creative Cocommons». Fe de erratas: donde dice «esperar 1 s» tenía que haber dicho «esperar 0 s», y donde dice «cociente» tenía que haber dicho «cocociente» y «alegría». Ssiiiissí, alegría, ía, hija mía.

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