
Ingold, Tim. Conociendo desde dentro: reconfigurando las relaciones entre la antropología y la etnografía. En: Etnografías Contemporáneas [en línea]. 2015, vol. 2(2), pp. 218-230. ISSN 24518050.
¿Para qué, la antropología?
Expandir el espectro del diálogo.
Abrir un espacio para la indagación generosa (con voluntad de escuchar y responder), abierta (como lo contrario de «totalizadora»), comparativa (ninguna forma de ser es única), crítica (porque no estamos satisfechos con cómo son las cosas).
Indagar las condiciones y potenciales de la vida humana.
Hacer el futuro.
Pensar cómo podría ser la vida.
¿Qué relación tenemos los artistas con la antropología?
Según Tim Ingold, los artistas somos los que hacemos antropología cuando llevamos a cabo trayectorias de indagación, mientras los antropólogos suelen hacer etnografía
Además, hace un paralelismo entre práctica artística e historia del arte, con antropología y etnografía: este grado en artes, que invita a la práctica artística, sería prospectivo como la antropología, mientras el estudio de la historia del arte sería retrospectivo, como la etnografía.
¿Cuál es el posicionamiento de Tim Ingold?
Se resume en la cita de la epistemóloga Karen Barad:
No obtenemos conocimiento parándonos fuera del mundo; conocemos porque nosotros somos el mundo. Somos parte del mundo en su devenir diferencial.
El autor está denunciando la «mente en la vasija» (o sólo parcialmente fuera de ella) de la que habla Bruno Latour. Igual que Paul Klee desde el arte, se sitúa dentro de la naturaleza (El artista es humano. Él mismo es naturaleza, trozo de naturaleza en el área de la naturaleza.)
También describe cómo, en el «modelo académico de producción del conocimiento» las lecciones aprendidas pasan por un primer filtro, que las convierte en «datos cualitativos» que, a su vez, son convertidos y analizados a partir de un «cuerpo exógeno de teoría», con lo que se invierte la relación entre conocer y ser.
Bischofberger U (2025) Ilustración de la inversión entre conocer y ser, diagrama con pastel y paint.
Oposición a la «antropología del arte»
Critica la «antropología del arte» como lectura «en reversa» (partir de la obra para ubicarla en su contexto social y cultural o su intención inicial) porque a partir de ella no puede haber correspondencia directa con los procesos creativos que la hacen surgir; por el contrario, defiende que la lectura vaya hacia delante, más que «en reversa», y se deje llevar por los caminos que abre.
El arte de la indagación
Tim Ingold sitúa al artista en el centro de este «arte de la indagación».
En el arte de la indagación, cada trabajo es un experimento, en el sentido de forzar una abertura y luego seguir hacia donde nos lleve. Uno prueba cosas y ve qué pasa. […] Practicar este método no es describir el mundo o representarlo, sino abrir nuestra percepción a lo que está sucediendo allí, de modo tal que podamos responder.
El autor termina atribuyendo al arte las mismas cualidades que, al principio de su artículo, atribuía a la antropología: indagación generosa (con voluntad de escuchar y responder), abierta (como lo contrario de «totalizadora»), comparativa (ninguna forma de ser es única) y crítica (porque no estamos satisfechos con cómo son las cosas) y animando a observar la obra de arte como el resultado de algo semejante a un estudio antropológico, más que como un objeto de semejante estudio.
Algunas aclaraciones, deducciones y contradicciones
Inversión de la relación entre conocer y ser. En lugar de nutrirte de lecciones de vida para dar respuesta, las coges con alfileres, las despersonalizas y privas de su auténtico sentido y las llevas a un aséptico laboratorio para descontextualizarlas y descafeinarlas, de modo que el conocimiento te priva de la capacidad de ser, en lugar de facilitártela.
Carácter insuficiente de la historia del arte. De acuerdo con lo anterior, el estudio de la historia del arte se revela parcial y tendencioso, y el arte sólo puede ser entendido desde dentro.
La persona del artista como obstáculo. Según he ido viendo, el artista, por moverse en un medio donde los límites son muy borrosos, se vuelve muy convencional (atado a reglas extrínsecas). Este convencionalismo que casi todo artista tiene parece que jugará en contra del contacto genuino desde dentro.
Sobre la sabiduría tradicional de los pueblos nativos. Se señala como errónea la convicción de que esta sabiduría pueda «rescatar el planeta». Efectivamente, cuando una persona indígena habla de su lucha por la preservación de su cultura o la naturaleza, nos sentimos completamente identificados, pero cuando empieza a hablar, por ejemplo, de «métodos de sanación» nos damos cuenta de las limitaciones de dicha sabiduría tradicional.
Carácter no independiente del arte. La indagación generosa, abierta, comparativa y crítica puede estar limitada por la supervivencia del artista dentro de las redes de las que forma parte. Puede no ser generosa, sino querer ceñirse a los temas que se venden mejor. Puede no ser comparativa, sino usar clichés para ahorrarse el trabajo. Puede no ser abierta, porque el artista algunas veces tiene una formación de base escasa. Por tanto, la indagación es algo que no está dado, sino por lo que hay que luchar.
Crítica de la conversión de la experiencia en «datos». Si no fuera por el manejo independiente de variables, ciencias que nos sirven y que generan técnicas no hubieran podido siquiera nacer.
Pensar la utopía ¿desde dónde? El autor se plantea, desde un inicio, el problema de lo posible, de la búsqueda de ese posible mejor. Pero esto no es exclusivo de la antropología: es propio de muchas otras disciplinas, aunque desde luego el arte, por naturaleza, se sitúa más que ninguna en el área de lo posible.
Visibilizar el sujeto: mal visto, también, por el «sentido común». Siento en primera persona esta suspicacia cuando aquí, en el Folio de la UOC, comparto trabajos que están llenos de ese «pensar desde dentro» en el que, desde que me acuerdo, me he instalado siempre. ¡Qué timidamente se apoyan trabajos como éste, en el que se habla directamente, por parte mía (como persona no oculta) a otras «consuegras» sobre la mutilación genital femenina! Entrar en estas áreas de los sujetos está mal visto, mal visto no sólo por la ciencia, también por el «sentido común» que tiende mucho más de lo que nos gustaría al conservadurismo.
Portada. He recogido el mural que hice después del trabajo de Proyecto III «Memoria como sueño y palabra» como ejemplo de trabajo de pura indagación, que nunca supe dónde me llevaría, que transcurrió por caminos impredecibles para mí misma y que respondía plenamente a ese «pensar desde dentro».
Me siento muy orgullosa por haber hecho este grado, en lugar de uno de historia del arte; y también de mis trabajos, que son todos tan «desde dentro».