Recortes del Conocimiento de los Clásicos

Pública

Bischofberger U (2024) Vidas y hazañas convertidas en BigData (Arte digital).

Caesar accepit dando. César llegó al poder dando. Eso se decía, creo recordar de cuando estuve en la UNED estudiando un par de asignaturas de Geografía e Historia en Las Palmas, en Vidas de los doce césares, de Suetonio. Y es cierto: no hay nada tan enriquecedor en esta vida como dar. Por eso, dejar de «mirarme el ombligo» y mirar el folio de mi compañera Irene Arroyo Morales me ha resultado, hoy, una gran suerte.

No solo me encuentro con alguien que quiere que su actividad intelectual trascienda los meros límites del tiempo académico, sino que, además, reviven en mí esos recortes, esos retazos, esos fragmentos del conocimiento de los clásicos de nuestra civilización, que son, siempre e igual que la generosidad, tan enriquecedores.

Busco mentalmente en mi biblioteca, y encuentro dos publicaciones: Mitos, dioses y héroes en la mitología romana, y Mitos, dioses y héroes en la mitología griega, por una parte. Y la vida de Alejandro, creo que se llamaba Vida y hazañas de Alejandro de Macedonia (eso es, Eureka, lo encuentro en la web antes que en mi casa; es un libro entretenido no, lo siguiente) por otra.

Lo absolutamente bizarro de esta última, que merece la pena leer porque sería una fuente inagotable de propuestas visuales para obtener de la IA, me recuerda algo esencial: que el lenguaje es el medio no solo a partir de McLuhan, sino desde siempre. Porque la historia plástica de la humanidad parece transcurrir paralela a la historia verbal, y cada una de ellas tiene unos tonos, unos pesos, unos olores que son inaccesibles para la otra: es el medio el que les confiere tanto su especificidad como los límites que las separan.

Te paso foto, que espero que sea inspiradora, de ambos… porque, Dios mío, como decía Aristóteles (en cita un poco libre), el ser humano va de admiración en admiración («admirándose primero», es la literalidad que recuerdo). Crea, se admira de lo creado, vuelve a crear y se vuelve a admirar o incluso se admira de su propia admiración en un juego de metaadmiraciones que es genuinamente humano. En fin, Irene, mi admiración hacia ti, y un abrazo.

Post Data. También te digo: creo recordar que mito y mentira comparten raíz. No te creas mucho los mitos, Irene, que no hay nada como lo que tocan tus manos y lo que ven tus ojos. Y bueno, no encuentro los libros, así que, como me suele ocurrir, mis citaciones quedarán a medias, y las fotos te las pondré cuando las encuentre: flexibilidad adorable del medio digital.

 

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