
Pesadilla. Me convierto, así que no me queda otra que creer en el Diablo. Y me convierto en peregrino.
Llego como peregrino a las puertas del cielo del arte y allí están… Guardándolas… Junto con los demás.
¡Son todos ángeles caídos! ¡Ángeles caídos del arte! ¡Ángeles que se quisieron artistas y cayeron y ahora guardan las puertas del Cielo del Arte!
Los ángeles del arte. Sus ardientes espadachines dogmáticos. Los que defienden sus puertas, los que arbitran lo que vale y lo que no vale.
¡Son muchísimos! Porque caen de Dios, se supone que defienden el Arte con mayúsculas, se presumen justos y hermosos, pero son más similares al ángel caído que a cualquier otro ser. Nuevamente, uno de ellos me ha dado su toque petrificador.
- Considera «la creatividad», una vez más, como un adjunto. Exactamente igual que «el sentido».
- Se las dan de defensores con mayúsculas. Son canónicos, dogmáticos, fieles seguidores, como corresponde a un ángel, como corresponde a un fanático, como… (¡Ay! ¡Que no se ofendan!) como corresponde a un NazionalAngelista. ¡Lo que es, es, y lo que no es, no es! Y punto.
- Prejuzgan: son expertos en esas tesituras. El prejuicio es como el almíbar del bizcocho borracho: deslilado a favor de los del polo positivo, sabe dulcísimo en muchos labios.
- Edadistas a ultranza por comodidad. Maltratadores potenciales. Jóvenes espadachines… pero bueno, jóvenes sólo de espíritu, porque cumplen años como todos, pero sólo se identifican con aquellos que, al estar empezando, se caracterizan por no tener criterio. Así no son vistos, así no se descubre que ellos están llenos de pústulas, así siguen siendo «puros» e «invisibles».
- Y, por supuesto, como todo ser puramente espiritual, apenas se mueven… O, si lo hacen, lo hacen sólo en sus propios universos de sentido…
- Éste se ha convertido en gran investigador. [¿Sus clases? Las dictaba. No, no, no como dicta un catedrático: como dicta un profesor de tercero de primaria. Por… otra…parte… coma… /¿Esto es otro párrafo?/ Sí… Por…otra…parte…, coma. Las «hojas fuente» del dictado, sobadas a más no poder. Pero la asistencia es obligatoria.] Por las tardes, en casa, se convierte en lo que es: en un ángel de la investigación.
- Aquel, baraja los temas del temario y los reparte. Pito, pito, gorgorito… A ver: yo doy del uno al seis, los dieciocho restantes los exponéis vosotros. ¡Para que aprendáis! En mi angelical generosidad, me limitaré a estar de oyente durante todo el semestre. Mientras, hace de relaciones públicas del arte. El ángel de las relaciones públicas.
- El de más allá, directamente, no interviene. La curadoría lo tiene ocupado al máximo. Lo verdaderamente importante, que es brillar en el cielo del arte al lado del propio Dios, anonadarse frente a la propia importancia en las exposiciones y ferias. Alimentarse de dogmas artísticos para, después, distribuirlos con la dulce ferocidad de su espada. El ángel cura, el curador de lo mejor.
- Éste está tan subido con lo suyo propio que no puede echar ni un ojo al trabajo del aspirante. ¡Menos mal que la inteligencia artificial ayuda maravillosamente a cribar las artes! La creatividad queda en el camino, arrojada en el rincón de lo que no es el dogma, junto al vómito y las meadas… El ángel líder de su grupo: la más popular.
- Hay uno que hizo un tratado de cien páginas, denso párrafo sobre denso párrafo, sobre la utilidad de los mapas conceptuales. Pero no se le ocurrió hacer un mapa conceptual de sus cien páginas. El ángel erudito.
- La familia de procedencia cuenta, una vez más. Las dudas no se resuelven, una vez más. Las notas de lo que se da en clase se reciclan, año tras año. Los de siempre se convierten en ángeles, nuevamente. ¿Será que los ángeles, en realidad, tienen hijos? ¿Tienen, pues, sexo los ángeles?
- ¡Con los ángeles del arte!
Mientras tanto, el Paraíso sin barrer. Los apuntes, sin organizar. Los archivos de sonido, sin marcas. Los nombres, sin escribir en la pizarra. Porque, además, los ángeles se van de juerga, de marcha, de tapeo, de [como se diga ahora]. Entonces, en un descuido, los aspirantes entran sin control… ¡Dios se va a enfadar! Bueno, qué más da. Si total, una vez en el Cielo todo vale.
Entonces me despierto y pienso: no se les nota su procedencia, ni su caída abismal en el infierno de la docencia.
«Beelzebub and them that are with him shoot arrows.» an illustration from the Henry Altemus edition of The Pilgrim’s Progress by John Bunyan, published in 1678. Illustrations by Fred Barnard, J.D. Linton, W. Small, etc. Engraved by Dalziel Brothers. Listed in public domain index:Ilustración de Belzebú en la novela de John Bunyan. Fuente: wikipedia.
Al principio de esta entrada: Bischofberger U (2025) Angel caído del arte con pústulas de las bacterias de la docencia (Arte digital con Paint)
Primero, me quité la religión.
Esto fue muy liberador para algunas de mis partes, pero me dejó un vacío.
El vacío fue llenado por el pensamiento.
Luego, dejé de pensar.
El vacío que dejó el pensamiento fue sustituido por la acción,
por la profesión, por la ciencia y la técnica del hacer.
Luego, fui expulsada del mundo de la acción por la artificial criba de la edad.
El vacío que quedó fue llenado por el arte.
Luego, el arte se convirtió en vacío.
Ahora no sé qué va a ser de mí.
Tampoco sé qué va a ser de los míos
mis humanos perdidos, agitados,
enfebrecidos por el cambio de Era…
Tengo
que
decidir
algo
urgente-
mente
En otras palabras: hubiera necesitado gente que se entregara de lleno a comunicarlo todo, como si fuera cuestión de vida o muerte. Era muy exagerado lo que necesitaba, y no pudo ser. Eso ha sido lo ocurrido. Esa es la interpretación de mi sueño. He explotado las pústulas y arrancado la careta, era sólo una fea máscara, una de tantas bromas del arte…
Bischofberger U (2025) Ángel con pústulas: pesadilla. (Collage. Arte digital con Paint)