
Bischofberger U (2025) Teta de androide (Arte digital realizado por una persona con problemas psiquiátricos y vieja con escaso background académico, no sólo ajena al mundo del arte, sino que incluso lo rechaza y con dominio casi nulo en el manejo de una herramienta poco usual para este fin como es el Paint.)
Aunque todavía no dispongo de los materiales de la microcredencial de Técnicas Artísticas y Expresivas para la Atención a la Neurodiversidad ni tampoco he cursado aún la asignatura de Historia del Arte Contemporáneo, el concepto «art brut» me suena forzado, impreciso, discriminatorio, de raíces farragosas y, en definitiva, totalmente desechable. Esta afirmación está poco documentada de momento, pero trataré de argumentarla.
El término «brut»
El término «brut», que traducido del francés es «bruto», suena irrespetuoso e inadecuado. No parece correcto unir la palabra «arte», que es siempre un hacer cuidadoso, con la palabra «bruto», que se usa para referirse a lo que es necio, inculto y torpe. Por tanto, en la expresión «art brut» habría una contradictio in terminis. Creo que debería ser borrado del mapa, ya que se usan, también, otros términos como «outsider».
Creatividad pura
La «creatividad» no puede ser «pura»; es un producto de la imaginación que, tal como mantuve en el mapa conceptual que adjunté aquí, no es una fuerza oscura que mana de un fatídico inconsciente colectivo difuso ni nada por el estilo, sino que tiene una base neuronal muy estudiada, un anclaje en la memoria episódica de la persona y en sus experiencias, y una relación íntima con procesos muy complejos propositivos, de toma de decisiones, de evaluación y autoevaluación. Por tanto, la «creatividad pura» es otra contradictio in terminis. Si a lo que se quiere referir es a una imaginación poco mediada culturalmente, entonces no estamos ante unos «polvos mágicos» sino ante una determinada situación social y personal.
Carencia de formación académica
La dificultad para delimitar dónde empieza y dónde acaba lo académico sólo es comparable a la dificultad para delimitar dónde empieza y dónde acaba el arte. Sin duda, cualquier persona que haga algo, de acuerdo con lo estudiado sobre la imaginación, se está basando en algo anterior; por lo tanto, tiene un mínimo de formación. Que esa formación se haya producido en el lugar donde están los maestros del arte de un tiempo determinado o no, es decir, que sea «académica», no le quita valor al arte que produzca, a menos que pretenda producir un arte académico (preferentemente relacionado con las tecnologías de la representación, en el modelo de A. C. Danto). Por tanto, esta «carencia de formación académica» no tendría que ser una categoría que diferenciara este arte de otro.
Falta de contacto con las instituciones artísticas establecidas
Este apartado parece incluir el anterior, y sí resulta más definitorio: es artista tiene que pertenecer al mundo del arte. No es el caso de muchos artistas muy importantes, pero aún así, en términos generales, parece un rasgo diferenciador. La pregunta sería, entonces: ¿es arte sólo lo que pertenece al mundo del arte? Creo que Danto diría que sí, pero no creo que este criterio se pudiera aplicar en otras culturas, donde el mundo del arte y los otros mundos no están, tampoco, delimitados. ¿Podría hacer «arte» alguien de fuera del mundo del arte? Esto es como preguntar si podría ser religioso alguien de fuera del mundo de una determinada religión, o incluso de la religión en general. Este rasgo, también, problematiza el acceso de los colectivos subalternos al arte. ¿Eran las mujeres de las que recibían Magritte o Cervantes muchas de sus ideas ajenas al mundo del arte? ¿Por no ser del mundo del arte eran peores sus ideas?
Problemas psiquiátricos
Si los «problemas psiquiátricos» originaran art brut, con la alta prevalencia que tienen, el mundo estaría lleno de artistas de art brut. Lo que es seguro es que la prevalencia de problemas psiquiátricos en los colectivos de artistas es mayor que en otros colectivos. Por tanto, la probabilidad de que una persona con problemas psiquiátricos de fuera del colectivo de artistas haga arte será estadísticamente mayor: los problemas psiquiátricos determinarán que la persona haga arte en general, no que haga «art brut». En conclusión: tener problemas psiquiátricos no debería ser un rasgo definitorio de ningún tipo de arte, más que del arte en general.
Uso de herramientas bizarras
El uso de herramientas bizarras puede considerarse el paralelo en el plano de la herramienta del único argumento válido hasta ahora para caracterizar al «art brut»: la exclusión del mundo del arte. Un artista de fuera del mundo del arte se categoriza como artista que hace art brut, y la herramienta que usa es una herramienta de fuera del mundo del arte, inusual. El artista, imaginemos, está encarcelado y su herramientas para hacer arte efímero es un palo y la arena de la celda. No puede considerarse lo inusual de la herramienta, sino su distancia del mundo donde se intercambian herramientas más habituales, fáciles, productivas.
El sujeto del art brut y sus temáticas
Dejo el apartado sin más indicaciones porque no me imagino a ninguno de los perfiles anteriores pintando bodegones, escenas campestres, paisajes etc. con una técnica paciente y refinada y, en el caso de que pinten flores como los girasoles, me imagino que pintarían unos girasoles bastante inquietantes.
Nota: al que ha hecho esta contribución que se ha traducido a 41 idiomas le ha faltado nombrar a los sin-techo y su arte de hacer carteles en cartón. Respecto a mí misma, todo lo malo lo recibo, lo único que pensaba que el que me dijeran «médium» en los mundos del arte era elogioso de algún tipo de capacidad (¡Una A en «medium»! ¡Bieen!), pero ahora veo que lo que hacían era echarme del «arte sin apellidos» al arte apellidado «brut» de una patada. ¡Pum! ¡Fuera! ¡Por médium!
Conclusiones en borrador
Lo definitorio del art brut es que sus actores están fuera del mundo del arte. Por tanto, el propio concepto de «art brut» depende de qué consideremos que es el mundo del arte, y lo que define al arte, más allá del lugar donde se desarrolle (que es algo contingente) es lo que tenga en común el art brut con lo que no es art brut. Se puede decir que es art brut todo aquello que se encuentra en los medios que no se limita a imitar superficialmente, que es insistente y trata de romper convenciones que limitan y avanzar.
Las obras de art brut suelen ser reiterativas, y suele haber poca evolución en la trayectoria de sus artífices, que avanzan sin obstáculos y sin ser empujados. No suelen tener muchos niveles de interpretación. Suelen denotar un manejo de la técnica rudimentario. Suelen ser no sólo producto de personas en los márgenes, sino también ellas mismas producciones al margen de la cultura y su historia. Parecen el resultado de un teson fiero de quienes, queriendo escapar de sí (o, lo que es lo mismo, de la situación en la que están) se empeñan sin encontrar el camino: en ese sentido son osadas y se diferencian de aquellas otras, torpes, que sólo navegan superficialmente por mundos que no quieren hacer suyos. En ellas no parece haber habido diálogo… Digamos que nadie las ha mirado y, por tanto, nadie ha señalado sus errores ni se ha apiadado de ellos, no están corregidas.
Las obras de art brut tienden a reproducir en el desarrollo biográfico algunos desarrollos históricos, sin saltar pasos, porque se producen sin ayuda, enfrentando todos los obstáculos. No son infantiles, porque no responden a problemas compartidos, sino sólo a exploraciones propias: en eso se diferencian de otras formas de arte «primitivo». Su realización sería accesible a todos. Art brut se puede decir que es la mayoría de la fotografía que encontramos en los medios, en particular la de aquellos sujetos muy prolíficos que luchan, como decíamos, por buscar un camino, no son superficiales y desoyen las convenciones. Las obras de art brut se situarían en el segundo modelo que inscribe Danto dentro de las Teorías Expresivas del Arte. La memoria formal a la que hacen referencia suele ser más limitada que la de aquellos que se han dedicado a alimentarla, pero todo esto lo revisaré cuando, por fin, tenga los apuntes de art brut.
Apéndice: mis brutalidades artísticas, un relato
Originalmente, la Teta de Androide se llamaba como todos sus hermanos de Paint: «sin título».
1. Sin título. Expandí muchísimo el Paint, de modo que mis movimientos se leyeran como lineales. Estuve un rato largo haciendo círculos, echando blancos muy levemente teñidos y haciendo más círculos. Me encanta mi teta de androide, es sobria, elegante, significativa y le pongo un diez, como al Banco Santander. Esta es la primera versión, con un lápiz más grueso, aquí se ve cómo las líneas son rectas. Éste lo deseché, porque me interesó mucho más el lápiz fino.
2. Detalle sin título de Sin título. Llamé así a esta obra. Amplié el trabajo original (que no es el que comparto aquí, ocupaba muchísimo, al subirlo aquí se me reduce), recorté un trozo y coloreé. No me fijé mucho en el color, eso es cierto. Mejor dicho: lo cogí a boleo, fui haciendo pruebas, experimentando con cosas del color que he aprendido últimamente. Lo que me interesaba era ver si se me teñían bien los píxeles en diagonal, la respuesta fue que no. Ir uno a uno hubiera sido un trabajo de chinos, así que no lo hice.
3. Detalle sin título de Detalle sin título de Sin título. Volví a hacer un recorte Y aquí empiezan las sorpresas (de gozo orgásmico artístico extático) que me da el Paint. ¿A ver? ¿Por qué? De momento, ni idea. Por eso no soy un genio, sino una bruta. Una animal según la RAE (cuadrúpeda e ignorante y torpe, también irreflexiva, sobre todo esto último), en otras palabras, una bruta: porque soy incapaz de prever lo que va a hacerme el Paint, entre otras muchas cosas.
4. 3. Detalle sin título de Detalle sin título de Detalle sin título de Sin título. Y aquí vemos dónde fue a parar ese ejercicio de brutalidad que es el que preside esta entrada, el garabato absurdo, ignorante, torpe e irreflexivo. Para mí, este pequeño cuadro digital es una maravilla, a éste sí que le doy nombre: le llamo «casa con ventanas». Porque, además, creo que, en el fondo, el Art Brut es una casa que no las tiene, a la que no se le han facilitado ventanas. Un arte no aireado, no dialogado, un monólogo artístico sin interlocución.
Bischofberger U (2025) Casa con ventanas (Arte digital con Paint). He extendido y rellenado un fragmento del anterior.
Mi casa tiene ventanas: una es la UOC y la otra Google. Y el Paint es el que pilota mi mano… como un copiloto de esta cuadrúpeda que soy. ¡Gracias a todos por existir! Y si queréis clasificarme de Art Brut pues ¡Hala! ¡Pues soy Art Brut! ¡A mí qué más me da, en el fondo!
Me encantan las texturas de lo que se ha desprendido, las zonas borrosas, la pared mal pintada de arriba, las gradaciones de color de los píxeles y el lugar que ha resultado, un verdadero espacio habitable.