Taller d'escultura i pràctiques espacials - Aula 1

Pública

Bischofberger (2024) Horizonte verde (Land Art colaborativo en día nublado)

He hecho una foto a través del cristal de mi coche al Lugar del árbol sin futuro. Esta es la continuación de mi trabajo Monumento rebelde al árbol sin futuro, que me parece que no se termina. Al fondo, el horizonte verde.

Me siento desorientada, pero poco a poco la aguja se va parando, e indica una dirección. Por nada del mundo haría earth-body como hacía Ana Mendieta, trayendo sangre para evocar un asesinato de una condiscípula, o lanzándola bajo una puerta en una performance; y muchísimo menos asesinaría a un pollo, como hizo ella, vertiendo su sangre alrededor del pubis. Hacer earth-body así sería un error, y la tierra es mucho más que esa materialidad que ella retrata, me parece…

Creo que es el momento de aparcar muchas cosas y hacer el viraje a otras infinitamente más relevantes. Está ahí y, como siempre, no lo vemos. Están el problema, el tema, la disensión, el drama, la tragedia. El lucro y el futuro debatiendose en silencio. Por el medio ambiente se asesina. Se llega a asesinar. Es el auténtico terreno de juego hoy: eso y el reparto del espacio digital.
No vamos a hablar del tema en inglés e imaginando coronas de flores o hileras de piñas o removiendo la tierra para hacer espirales, no.

Hace falta más seriedad. Y «seriedad» no es hablar de la especificidad de un sitio en la lengua de otro, ni pretender que yo mueva la tierra, ni usar una jerga tal que se vuelva impenetrable el discurso, ni otras mil cosas que podemos hacer para sentirnos mejor. Seriedad es aprender mucho más de medio ambiente e involucrarse.

De entre lo muchísimo que exploré para, finalmente, plantar esos palos pintados en la arena, encontré estas facciones que son las que más íntimamente me evocan la unión de ser humano y naturaleza. Su voz y despierta en mí todo lo que podríamos llegar a ser.  Ay, pachamama, pachamama…

Y todos los referentes canónicos de esa Land Art inglesa se me borran bajo el polvo del caminito del indio que oigo en tu boca, Atahualpa Yupanqui.
Persona que me inspira muchísimo respeto. Y qué poquitas hay que me lo inspiren.