Sobre la validación de los alumnos de artes

Pública

Bischofberger U (2021) Apuntes de almendros 4 (Dibujo a lápiz blando)

El aprendizaje del arte es un proceso muy complejo, lo cual es tan evidente que sobra decirlo. Nosotros, aprendices, no sólo incorporamos: tenemos que transformar, deglutir y reproducir, digerido, lo que vamos aprendiendo. Esto lleva tiempo, un tiempo que no puede pautarse, que depende del estado del aparato digestivo de cada cual, de las otras sustancias ingeridas previamente o desde otras entradas y, en fin y nuevamente, es un aprendizaje muy liado.

¿Abusamos? Claro que sí, le echamos cuento, hacemos menos trabajo porque materialmente no da tiempo a hacer el que se nos pide. Nos saltamos ese trozo que sabemos que no nos van a preguntar; o hacemos esto y no aquello no sólo porque es mas adecuado, sino tambien porque es más fácil y requiere menos esfuerzo. Tratar de ser artista y ser trabajador es en cierto modo garantía de éxito, porque ser artistas es explorar y explorar posibilidades; pero sólo en cierto modo.

¿Nos conviene ser disciplinados? No sé hasta qué punto. Creo que sólo hay que obedecer en el sentido de emplearse a fondo, pero ya la dirección en que te empleas es algo muy distinto… Porque en ese camino llamado «disciplina académica», los sistemas del arte asesinan muchas veces e inducen al suicidio a muchos artistas de talento, obligados por el statu quo artístico a hablar de esto y no de aquello, a utilizar tales medios y no tales otros, y lo más triste: a recorrer deprisa y corriendo esos estadios iniciales por los que «filogenéticamente» el arte ha pasado pero que «ontogenéticamente» el artista tiene que recorrer -y debería recorrer con calma, haciendo sus torpes intentillos y sin avergonzarse de ellos.

¿Qué nos valida? No nos validan los profesores, por mucho que el vínculo con los profesores de artes sea tan peculiar y profundo como lo es el propio arte; nos valida el esfuerzo desplegado y el curriculo (conjunto de saberes o historia de esos saberes) por el que nos han hecho pasar, nada más. No sé a vosotros, a mí no me validan mis notas regulares, esa valoración tan arbitraria como sujeta a las castrantes convenciones del arte. La originalidad sigue siendo un ingrediente fundamental en el artista, indicativa de su talento o valentía (que, en el fondo, son lo mismo) y ésa no aparece en los estándares con el peso que debiera porque es pura hýbris (como, en el fondo, las notas que la castran).

¿Qué hacéis cuando fabricáis a un artista? No sé, profesores, qué hacéis. Primero, vivir vosotros mismos, porque (eso lo sabemos todos) vivir del arte es poco menos que imposible, y vosotros, con vuestros brillantísimos curricula, sois la mejor demostración. Segundo, ejercéis un poder de fabricación un poco chuchurrío, porque fabricar a un verdadero artista es como fabricar un engendro, es hacer «un imprevisible» o una cosa rara, por lo que, eso seguro, ninguno de nosotros creemos al cien por cien en vuestras recetas. Tercero, os vinculáis a nosotros, sobre todo a los jóvenes: porque mira que somos pesados, curiosos de ver, ¡mira ésta ahora!, multiformes, reiterativos, ¡a ver qué hará!, aburridas nuestras obras, ¡no me digas que ha hecho eso!, comunes nuestros fallos, tercos en nuestros errores… pero, aún así, seguimos siendo una apuesta. 

Y aquí es donde siempre os equivocáis, profes. Porque la mano mágica de nuestra validación (igual que la mano mágica de la vuestra, de lo que un día se esperaba que fuerais en el arte) no la tenéis vosotros, no la tienen vuestros curricula, no la tiene Google, nadie la tiene, no depende de nadie, está por ahí flotando y ¡mirad! ¿Veis a ese pequeño, discreto estudiante de detrás a la izquierda? ¿Ese que ha hecho un boceto anodino de una figura en carbón, encima de la que ha escrito con letras descuidadas varias palabras extrañas? Ése. Ése es por quién teníais que haber apostado. Una promoción más, os coláis. Y una promoción más, os identificáis con todos nosotros, con nuestro incierto destino. Y, una promoción más, es el Eclesiastés el que triunfa, y sus palabras resuenan en esa aulas que creáis vosotros, profes (porque no creáis artistas. Creáis aulas y textos, aulas y textos que muchas veces son sueños de delicia).

Volvime a otra cosa y vi, debajo del sol, que ni la carrera es de los ligeros, ni la guerra de los fuertes, ni el pan de los sabios, ni las riquezas de los prudentes, ni el favor de los elocuentes, sino el tiempo y la casualidad en todo.
Eclesiastes 9: 11

Vuestros hijos (nosotros) no os validamos.  Os valida la casa que nos dais, esa casa en la que, felices (¡muy felices, de verdad!), habitamos antes de habitar el mundo cruel. Os valida la dificultad de vuestra tarea. Os valida que adivinemos que compartís un sueño que también es el nuestro, y la memoria que queda de vosotros. Yo, al menos, os recuerdo a todos, uno a uno.

(Estaba aquella Biblia protestante abierta en el arcón de mi casa, bajo un Jesús con la cruz a cuestas del Greco, por esa página la tenía abierta siempre mi abuela. Por esa página del Eclesiastes, que le hablaba a ella, imagino, de sus expectativas hacia sus hijos tan brillantes;  porque el camino duro que tuvo que recorrer después de aquel otro de que le dijeran que habían matado a la luz de sus ojos y estaba muerto en una cuneta en Córdoba el 20 de agosto, ese segundo camino -mujer sola viuda de rojo- fue tan amargo y duro…) (Expectativas como espinas.)
(Aquella Biblia protestante que desapareció de la mía después de que uno de aquellos viajantes de Airbnb aterrizara en ella, que decía literalmente el tiempo y la casualidad en todo.)

AH! IMPORTANTE: ANTES DE HACER EL TFG, ESTARÉ UN CURSO COMPLETO ESTUDIÁNDOME TODO LO QUE ME HE DEJADO EN EL CAMINO, lo juro. Todos los cuatro años que llevo. LECTURAS. REFLEXIONES. TODO. Y colocando todo aquello que no entendía, que está con alfileres y que ahora, cuando voy terminando, empiezo poco a poco a entender, profes, mis profes queridos, tan queridos a otra escala como mi madre y como mi abuela, a quienes debo tanto.


Bischofberger U (2025) Bes y bes en artículo clave pendiente de releer. (Caricatura de foto)

Deja una respuesta