
¿Qué es la escuela comprehensiva? Si hay algo que todo maestro verdadero ama, eso es la escuela comprehensiva… Yo mantendría esa hache que alarga la palabra, porque escuela comprehensiva es una escuela ancha, larga, extensa, en la que todo cabe, que acoge a todo el mundo (tan bien representado en esa maravillosa palabra catalana que es tothom). Pero nos podemos conformar con la otra palabra, que se presta a ambigüedades pero que es más fácil: comprensiva. Que la escuela sea comprensiva significa que llegue a todos los lugares y a todas las personas, independientemente de las condiciones de partida.
Llegar a todos los lugares. A los lugares alejados de la ciudad, a los lugares alejados de las naciones más prósperas, a los lugares más escondidos, al barrio apartado, a la cárcel como al palacete, al pueblecito de menos de cien habitantes como a la metrópoli… Una escuela-wifi, una escuela en la que no haya categorías ni filtros, que sea líquida y adaptable a todos los recovecos.
Llegar a todas las personas. Una escuela que tenga en cuenta las condiciones personales de partida de cada cual. Que llegue a todas las personas únicas que somos porque sea constructivista, porque se ajuste a esos constructos previos, todos iguales y todos diferentes, con un ajuste que garantice la significatividad de los aprendizajes.
Esta escuela tiene que ser justa y viable.
Una escuela justa. Debe ajustarse a la principal antinomia a la que se enfrenta cualquier institución escolar: tiene que responder a las necesidades individuales a la vez que garantiza la respuesta a las necesidades sociales y viceversa.
Lo que que asegura este equilibrio es que tampoco se descuide el equilibrio entre la evaluación criterial (el avance del individuo en relación a su nivel de partida) y la normativa (la situación en que se coloca respecto a los niveles sociales establecidos o requeridos).
Una escuela viable. Para ser viable, tiene que optimizar el uso de recursos y, en particular, el uso de los recursos más caros e imprevisibles, que son los recursos humanos.
La escuela comprensiva es más imprescindible y más posible que nunca. En la medida en que, más que nunca, el mundo depende de los constructos que nos hacemos de él; las herramientas del aprendizaje llegan a todos los rincones; los niveles de cualificación requeridos suben; la formación se vuelve imprescindible para los individuos en sus trayectorias laborales y para la propia humanidad porque es la condición de posibilidad de la supervivencia como especie. En la medida en que todo esto ocurre, es necesario, imprescindible, apostar por la escuela comprensiva, y en esto estamos todos de acuerdo.
Opinión personal. En mi humilde opinión, y desde mi visión parcial como alumna de una institución difícil de comprender como la que más, creo que hay dos ingredientes básicos en el proceso, ingredientes que se pueden promocionar con facilidad:
- Promover la cooperación informal entre los alumnos.
- Incrementar el carácter didáctico, facilitador, de los recursos.
Pero la condición de posibilidad garante de este tipo de enseñanza en el tramo superior es que se promueva, de una vez por todas, un aprendizaje más activo y colaborativo en el tramo de la escolaridad obligatoria. ¡La escuela! ¡Siempre la escuela! Y el epicentro del futuro, cómo no, el niño. Un niño al que hay que cuidar y exigir, al que hay que ajustarse siempre, al que hay que llegar desde un respeto a la infancia que no sea formal y externo, sino el que nace del conocimiento y el compromiso.