
En este lugar, la intersección de las calles Marx y Freud, he aparcado para la entrevista previa al acceso al máster. Os informo a los tímidos que ha resultado interesante, en el contexto de mi entrevista, el hecho de haberme movido en el entorno virtual, con mi nombre y mi cara, a través del Folio de la UOC. ¡Agradecida es poco! ¡Feliz! Como me admitan en el máster, no sé… No sé cómo se hace una fiesta virtual. Pues para celebrarlo, me metere en la Comunidad Folio y contestaré a veinte posts. Lo juró. Posts como éste de Martina Navarro Carbonell sobre logotipo tipográfico, que me aporta mucho. ¡Qué digo veinte! A cien.
Propongo que, como reconocimiento a la iniciativa pionera que es Folio, se quede este nombre, «Folio», no como nombre del recurso específico de la Universidad Abierta de Cataluña, sino como nombre de todo aquel repositorio universitario que siga este modelo. Propongo que «Folio» sea el nombre de los repositorios y lugares de intercambio informal de los alumnos de todas las universidades, y así habría un Folio de la UAM, un Folio de la UCM, uno de la Autónoma de Barcelona, un Folio de Cambridge y otro en la Université nationale du Rwanda. Un Folio en la Universidad de Zürich y otro Folio en la Universidad de las Azores. Y todos Folios, todos interconectados, muchos en inglés (¡Cómo no!), con recursos visuales, con trozos de vida, errores, opiniones, trabajos y una Comunidad Folio que no fuera sólo la Comunidad Folio que existe ahora, sino que fuéramos todos los estudiantes del mundo quemándonos las pestañas hasta que incluso Elon Musk en la luna oliera a chamuscado… Es decir: propongo que los promotores de Folio promuevan su creación en otras universidades, la genericización de Folio no entendida como «pérdida de una marca» sino como difusión de un invento.
Porque gente como nosotros, los valientes pioneros en compartir en formato público en la UOC (pese a ser alumnos, dados al yerro y abocados al ridículo, ilusionados con un retal y ensalzando un borrador como si fuera la piedra filosofal) estamos innovando, y los que hay detrás apoyando una innovación importante: la de compartir por compartir, la de compartir sin «me gustas», la de compartir como se comparte en otros lugares pero mostrando, también, con claridad las raíces y de dónde se nutre lo que se despliega, la de compartir con referentes a un tronco común y a una tarea igualmente común. Porque hay bosques de documentos como Scribd. Pero el siguiente paso es dotar a esos bosques de cierta organicidad, situarlos, darles nombre, mostrar las raíces de las que se nutren, las tareas a las que responden. Que haya personas que no se limiten a lanzar lo que vaya llegando, sino que lo trabajen un poco más. Categorizar esos materiales de un modo no meramente formal y externo, sino a partir de cierta estructura interna, su procedencia clara (en mi caso en Folio, se garantiza nombre y responsabilidad), su origen (en el caso de Folio, se garantiza el aula, la asignatura, la institución educativa). Justo como actúa el Folio de la UOC.
¿Y qué nace así? Nacen materiales híbridos, tan propios del siglo XXI. Más que apuntes, menos que un artículo. Textos con cara y con marca de institución universitaria. Más que ciencia, más que vida, y a la vez algo amateur, menos científico, pero también menos chusco que mucho de lo que está al uso. Un material aún pendiente cuya alborada se produce ahora, en nuestra Era Digital. ¡Y puede que sea precisamente en los márgenes de los rankings universitarios, lejos de Harvard y de nuestros referentes estadounidenses donde se produzca esa chispa que necesitamos! Lejos del sello garante de los empollonísimos de siempre, entre estudiantes imaginativos y empoderados por el Folio, una nueva California prolífica en solucionar interrogantes que la primera California creó cuando llegó esa chispa impredecible que llega no se sabe dónde y no se sabe cuándo… Soluciones desde el instituto politécnico de Turkmenistán, «Türkmen politehniki instituty», o desde el Folio de Lilongwe, o desde el Folio de la Yucón University… Por todo lo anterior, compis de la UOC, ¡Público! ¡Sin vergüenzas! Jeje ¡A publicarse! ¡A publicar en el Folio universal!
Lo mío, viajar gratuitamente. Porque he empezado mi viaje de hoy en la intersección de las calles Freud y Marx, echando chispas de perversidad polimórfica y lucha cruenta de clases con culminación utópica en una tarta de nata comunista y lo termino en Yucón University, después de aterrizar en ella desde el cielo virtual.
Bischofberger U (2025) Mi escoba y yo aterrizamos en Yukon University (Gif hecho con Google Maps)
Aquí estoy en Yukon University. En esta ocasión, esta foto no es una obra de arte. Es sólo un recuerdo que me llevo de allí, además del resfriado.