Pública Exposition virtuelle: les choses que je trouve sur le chemin du retour.
Concernant le fameux urinoir masculin, cette exposition virtuelle que je présente dans cette contribution à UOC Folio présente plusieurs particularités:
- Elle est virtuelle. Les objets sont des objets virtuels, circulant librement sur le web.
- Elle est organisée par une femme modeste, et non par un homme riche.
- Elle inclut des photographies d’êtres vivants; les éléments exposés ne devraient donc pas être qualifiés d’objets trouvés, mais plutôt d’êtres trouvés, ou quelque chose d’approchant.
- Les textes de présentation se présentent sous forme de poèmes en prose.
- Elle ne pose aucune question; elle ne crée aucune tension; comparée à cette exposition, véritable défi pour le monde de l’art, celle-ci ne dit rien, passe inaperçue, aussi inaperçue que les objets qu’elle présente.
- C’est une exposition située: seule moi, et exclusivement moi, pouvais disposer de ces éléments pour mon exposition, ici et maintenant.
De plus, cette exposition est tout à fait pertinente. Les objets sont présentés hors contexte sur une page blanche, qui représente métaphoriquement le cube blanc.

J’ai trouvé une feuille / Je te plains / Je suis d’accord, tu es perdu / Mais cette larme noire…

Fenêtre trouvée, / Je te plains. / Personne ne te l’ouvre. / Et ces barreaux…
Homme trouvé, / Je te plains. / Comme un robot d’une époque antérieure aux robots. / Tête chauve.

Porte trouvée, / Je te plains. / Je le dis pour rimer, mais en réalité, je ne te plains pas. Tu débordes de vigueur.

Âme trouvée, te photographier fut tout un exploit. Je pense que les passants se demandaient :
– Qu’est-ce qu’il fait?
Eh bien, rien, épine. Je t’immortalisais comme un objet trouvé. Je t’immortalisais comme une épine qui a jadis transpercé un être vivant, et je compte t’utiliser dans un article sur le droit. Je t’aime, épine.

Fleur rouge trouvée,/ Je te plains. / Tu es plus reproduite que les nouvelles. / Tu es plus peinte que les seins d’une femme. / Tu m’ennuies à mourir comme un objet d’art, mais ce n’est pas vrai que je te plains, en fait je suis content de te voir.

Mégot trouvé, tu es plutôt répugnant. J’imagine ton goût intense de nicotine, je ne veux pas te voir. Je ne te veux pas dans mon exposition. Tu es plus dégoûtant que l’urinoir de Duchamp. Mais, pour honorer la mémoire de l’urinoir qu’il appelait « fontaine », je t’appellerai «balle de nicotine». Ça sonne tellement masculin…
Et enfin, toi, ma pauvre petite colombe, si précieuse. Je te plains tellement. Te voilà au soleil, essayant de rester calme. Quel mauvais présage nos ancêtres du Paléolithique auraient-ils eu si leurs animaux étaient tombés malades? Toi et tes sœurs, boiteuses, les pattes pleines de poils emmêlés, errant dans la ville… On vous appelle un «fléau», mais vous n’êtes pas le fléau. Un jour, j’ai soigné un pigeonneau et je l’ai emmené dans un centre de soins pour oiseaux. Pauvre petite colombe noire, tu es malade, ou peut-être que je ne sais pas, tu veux juste prendre un bain de soleil, là, parmi les chewing-gums mâchés sur le trottoir. Et je te retrouve sur le chemin du retour, et j’ai envie de pleurer, ma pauvre colombe noire. Tu es vraiment magnifique, oh, comme j’aimerais pouvoir prendre soin de toi et te voir guérir et voler aussi haut que tu le faisais autrefois… Mais c’est la vie, ma colombe, la première colombe vivante d’une exposition virtuelle, une colombe noire. Te voici immortalisé(e), sur ce blog de l’UOC.
L’exposition virtuelle dont je suis le commissaire a un titre assez long:
Pourquoi sommes-nous, êtres humains, si superficiels, surtout dans notre façon d’apprécier la vie?
Et son sous-titre:
Il est temps d’oublier les urinoirs masculins. Ils n’ont aucune importance. Ce ne sont que des endroits où pisser, où les mâles marquent leur territoire.
Nota. La traducción es de Google. Deep me traducía a mi paloma como «pigeon».

Bischofberger U (2025) Estamos hasta el gorro. (Collage)
Texto curatorial. La autora ha querido contextualizar el urinario de Duchamp (reconocible por la firma) en el contexto no sólo humano, también mamífero, del marcaje del territorio. En este proceso de marcaje, el macho orina y, ya exclusivamente en el marco de la sociedad humana, se apropia no sólo del territorio, sino de la propia hembra. El macho, de pie, en gris, está representado como portador de dos penes: uno, el del marcaje. Otro, erecto, que eyacula cerca de la boca de la hembra. Ambas maniobras pueden ser interpretadas como marcaje.
Dentro de este contexto, e incluso conocedora del hecho de que la idea del urinario no fue del propio Duchamp, sino de una mujer, lo que el objeto evoca es profundamente machista. Por eso el hombre está de pie mientras la mujer se arrodilla e incluso, como hemos hecho tantas mujeres, mete la mano en el urinario para limpiarlo.El tema del marcaje podría decirse que es biológico, pero la escena que evoca el urinario en el collage (mujer marcada doblemente, a través del urinario que limpia, a través del pene) pertenece con toda claridad a la esfera de lo BDSM (Bondage, Disciplina, Dominación, Sumisión, Sadismo y Masoquismo); un BDSM no consentido, sino culturalmente impuesto como statu quo.Todo lo anterior lleva a dar voz a la mujer, que dice, en verso: «Estamos hasta el gorro/ de los marcajes de territorio», lo que significa que ella, junto con todas las demás, no quiere que la situación siga así.
Pero aún más: lo anterior se confirma por la otra obra de Duchamp, Étant donné , que en absoluto considera la autora un enigma; muy al contrario, hace clara alusión a ella diciendo: «Estamos hartas de que nos miren por un agujerito». La falta de conexión entre el cuerpo de la mujer, visto pero no tocado; el hombre que mira, sabiendo que la mujer no lo sabe; la propia mujer, que no sabe que está siendo mirada, todo ello es el eco pornográfico de lo insostenible de la situación previa, y un recordatorio inconfundible de hechos horrendos que han tenido lugar en la reciente historia de Francia. Su presencia en Duchamp indica que no es el medio digital la causa, sino sólo el vehículo de algo preexistente.
El urinario y el agujero se hacen eco de la mirada patriarcal de occidente hasta el siglo XX (hoy en día muchísimo menos). Por contraposición, los objetos que encuentra la mujer de esta entrada son cotidianos, amables y, en particular la paloma, objetos que despiertan el cuidado, como opuesto de las esferas del poder, la distancia, el urinario y el agujero del voyeur. No: no era algo exquisito el lugar al que señalaban el urinario y el agujero, no tenía un carácter selecto, desnudo y de «puro arte» (al margen de la reflexión abtracta que suscita en el arte sobre la naturaleza del arte, lo cual es elitista por definición). Los ecos que despierta suenan a un machismo que paradójicamente (de modo explicable, sin embargo, por todo el sufrimiento que soportan) sostiene un número no desdeñable de personas de los colectivos LGTB, como el propio Rose Sélavy. Por eso, finalmente, se le dice en letras rojas: «Anda, Duchamp, pasa pronto a ocupar tu lugar en los libros de historia y deja que nos ocupemos de las cosas que importan». Por supuesto que los temas identitarios importan: importan muchísimo, pero despojados del machismo que a veces los envuelve. Importa la positivación efectiva del derecho a la igualdad. Importa la paliación del sufrimiento. Importa el cuidado de unos a otros y el cuidado de la naturaleza. Importa toda injusticia.
La autora defiende como intencionados sus descuidos formales en cuanto a dibujo y recortes en su ya amplia obra artística, cuyo cuerpo fundamental es el collage digital, como forma de protesta contra el elitismo en arte. A pesar de estas limitaciones, es obvia la expresividad de éste como otros trabajos que siguen esta línea. Pero se está formando más en dibujo. Su proceso ha sido inverso al convencional: ha partido del concepto (Grado en Arte de la UOC), ha pasado por lo digital (Paint) y va a desembocar, si llega finalmente, en el dibujo y la pintura materiales, todo ello anclado en unas raíces de vida duras por demás que nutren e iluminan sus posicionamientos conceptuales, visuales y, en suma, experienciales y de dolor, de modo que se puede percibir fácilmente que no es una narradora de segunda mano.
Este es un espacio de trabajo personal de un/a estudiante de la Universitat Oberta de Catalunya. Cualquier contenido publicado en este espacio es responsabilidad de su autor/a.