Los sitios de mis cuadros en la antropomasa

Pública

Y por casualidad descubro los sitios de mis cuadros, donde se encuentran a sus anchas. No en tu salón, no en el pasillo del hotel, no en la sala de recepción del notario, no en el cubo blanco. Me doy cuenta de que soy habitante, con mis cinco sentidos, de este lugar pálido por muerto y hermoso a la vez que es la antropomasa. Creo que le he tomado el pulso y, como la laboriosa abeja, he sabido extraer su quintaesencia. Porque mis cuadros forman una perfecta conjunción con ella. Son los sitios sin maquillaje, los lugares desnudos donde la antropomasa se muestra: el trastero, el garaje, la autovía. ¡Me sorprende el descubrimiento! Resulta que ellos son mi tema, que son lo que me gusta, eso: los sitios sin maquillaje. La estética de lo que no tiene estética medida, la estética de fuera del diseño, la estética de fuera, la antropomasa desnuda. Ese silencioso hablar de objetos a los que no se ha dado la palabra.

Mira el Aluminio y otros blanco plateados en el trastero, y todas las puertas se hacen eco de él.

– ¿Alguien quiere un cuadro para colgar en el pasillo de un trastero? Tal vez en algún rincón de una nave industrial tendría, también, resonancias… Y eso que lo he fotografiado con descuido, mejoraré la foto para que se vea con claridad a qué me refiero.

¿Alguien quiere un cuadro para el pasillo de su trastero?

También ese paisaje de poesía granulada y gris que es el espacio del garaje, lugar hospedador e inhóspito a la vez, sitio de crímenes imaginarios y sangre en el cine, de gases tóxicos, escondite;  espacio de vulnerabilidad del cuerpo que, de pronto, se vuelve potente e intocable cuando suenan las portezuelas del coche al cerrarse y el motor se pone en marcha. ¡Un placer! Lugar tan homenajeado como olvidado en la pintura, al que mi cuadro de la bolsa de plástico hace honor.

¿Alguien quiere un cuadro para su garaje?

-¿Alguien quiere un cuadro para su garaje?

Tal vez hay otro Steve Jobs y Steve Wozniak esperando, y mi cuadro recuerda ese escenario de inicio de Silicon Valley mejor que cualquier bodegón de cacharros y verduras y animales descarnadamente muertos para nuestros ojos de hoy.

Y luego está ese otro que habitualmente aparece con mujeres semidesnudas en pose y en salas aterciopeladas cuando su lugar es otro: el asfalto, las luces, la noche, la madrugada, el atasco, el trabajo, la vuelta a casa, la cola de coches, el «¿por qué mi vida es así?», el «me tengo que mudar», el GPS, el retrovisor, el de delante y las señales. También en este caso he captado, como buena observadora de la antropomasa y habitante del antropoceno, ese pesar dolorido y gozoso a la vez que es el coche y su luz en De noche.

¿Alguien quiere un cuadro para decorar su coche?

– ¿Alguien quiere alegrar su coche aparcado con un cuadro? Hago cuadros para decorar ese coche que aparcas, que queda inerte sin ti. ¡Decora tu coche con un cuadro pintado ex profeso para él!

Y aquí lo fotografío, entre el ladrillo, el asfalto, la chapa del mío y esas hojas secas que experimentarán la «segunda muerte» de la que hablaba Donna Haraway -porque morirán sin servir para que otros nazcan. Mi coche, mi querido coche, ¿Cómo se puede querer tanto a un objeto? Bueno, porque «coche» significa «casa», fantástica casa con ruedas en la que te sacudes penas y sueñas un poder volador que, pobre de ti, no tienes en absoluto. También aquí he recogido sus colores, sus licores, los néctares de su vida en su encuentro con ese sueño de luces que es la nuestra.

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Y, por último, fuera de la antropomasa pero haciéndola, tú, o sea yo, es decir «cada cual». Su cuerpo desde sí, porque no hay nada que no sea desde él, y los residuos. Este es mi sitio, y los miles de cuerpos, todos iguales y todos distintos formando un mosaico de gran complejidad de cubos de mil caras que nunca serán un usuario ya los que nunca acabarán de comprender las IAs: los agentes del antropoceno, los creadores de la masa muerta que es la antropomasa… Seres más complejos que ese objeto de máxima complejidad llamado cerebro humano en tanto son todo lo que no son, en tanto son la antropomasa que crean y se les escapa y la biomasa de la que no saben, y siguen sin saber porque es el mayor misterio.

Bischofberger U (2025) Mosaico de yoes desde sí mismos
Mosaico de yoes desde sí mismos

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