Pública Resumen del texto de Tronto, Joan C. (2015). Who cares? How to reshape a democratic politics. (pp. 1-40). Cornell University Press.
No se encuentra todos los días un texto como éste: texto que encierra verdades como maremotos, que cuestionan esos principios que considerábamos incuestionables; texto que encierra una certidumbre tan grande como la de la voz de la naturaleza; texto sugerente, provocador para el Derecho, que pone en tela de juicio y desmonta el día a día de tantas y tantas personas y pone «el dedo en la llaga» de realidades que caen por su peso y sin embargo no vemos, como la mejor literatura de la sospecha, como la mejor filosofía y como la filosofía más ajustada a nuestro tiempo -que, por supuesto, es la que nos es relevante.
Después de definir brillante y sagazmente el cuidado y sus características, descriptivamente y como materia política de primera importancia, la autora, profesora emérita de ciencias políticas en el Hunter College and the Graduate Centre de la City University de Nueva York y la Universidad de Minnesota, establece como concepto nuclear la idea de care with (que traducimos como «compartir el cuidado»), que lo legitima desde el punto de vista de su viabilidad, de su justicia y como valor que sustenta la democracia.
En segundo lugar, hace una pintura de la situación del cuidado en la sociedad actual (a la que llama Care Inc. y que hemos traducido como «Cuidado S. A.») como creadora de «jerarquías de descuido», y describe a su sujeto (The Market-Foremost Citizen, «ciudadano mercantilizador-mercantilizado») con una especial crítica a la idea de la exclusividad de la «responsabilidad personal» (1) en el cuidado. En último lugar, hace un rápido esbozo de algunos aspectos a partir de los cuales se podría empezar a trabajar y recupera, como especialmente valioso, el concepto de «cuidado compartido».
Texto para leer despacio y asimilar con lentitud, que puede dolernos en la descripción que hace de nuestros errores y que ilumina rincones polvorientos de nuestra civilización. Una pequeña joya de grandes consecuencias.
(1) La apelación a la «responsabilidad personal» por parte del pensamiento de derechas es algo que me recuerda la insistente forma de subrayar el «interés» como criba en los estudios, que es algo que he tenido que soportar toda mi vida. «Juan no estudia. No pone interés». Y Juan tiene unas circunstancias familiares, sociales y de salud que son insalvables, pero sólo se habla de su falta de interés.
INTRODUCCIÓN
Interacción entre cuidado y política.
- Pensamos ambas como incompatibles (cuidado: compasión; política: competición fiera).
- Pero ambos están estrechamente interconectados, particularmente en la democracia.
- Debemos repensar esta relación si queremos que la democracia continúe.
Falta de dedicación al cuidado. «Crisis del cuidado». No sólo demográfica o laboral, la experimentamos en primera persona: la falta de tiempo para los amados, los hijos, los amigos… La falta de tiempo para el cuidado como problema que no es personal, sino que es un problema político.
Carácter erróneo del concepto de «política». Se centra en el mercado, pero éste no puede realizar decisiones relativas al cuidado, la educación de los hijos, la salud o la seguridad de lo que amamos, lo cual tiene consecuencias en la igualdad .
Nueva concepción del cuidado. Es necesaria para definir mejor la democracia.
CUANDO COMPRENDEMOS EL CUIDADO, NECESITAMOS REDEFINIR LA DEMOCRACIA
DEFINIENDO EL CUIDADO
Definición. Todo lo que hacemos para mantener, continuar y reparar nuestro mundo para poder vivir en él lo mejor posible: nosotros, nuestro entorno, todo lo que está entrelazado en la red que sostiene la vida. Definición demasiado ancha porque el cuidado lo es, que se particulariza en los cuidados específicos.
Características del cuidado.
- Es acerca de encontrar necesidades
- Es siempre relacional.
- «Lo mejor posible » es muy flexible, depende de la evolución de la evidencia científica y de los valores.
- Parte de algo que ya está en marcha: las prácticas del cuidado, lo que incrementa la complejidad de la cuestión.
Vía para aclarar la situación
- Partir de un tiempo y situación determinados.
- Establecer un proceso democrático de evaluación y satisfacción de las necesidades de cuidado.
¿Qué es cuidar bien? Como punto de partida para reimaginar la democracia de acuerdo con las líneas del cuidado, establecemos cuatro fases del cuidado que nos ayudan a analizarlo:
- Caring about. Preocuparnos. Identificar la necesidad.
- Caring for. Responsabilizarnos. Aceptar la responsabilidad y comprender que algo debe ser hecho.
- Caregiving. Hacernos competentes en cuidados. Proporcionar el cuidado: ver exactamente qué hacer y distribuir adecuadamente los recursos para hacerlo.
- Care-receiving. Receptividad. Recibir cuidado y valorar el cuidado por parte de quienes lo han dado, y reconocer nuevas necesidades de cuidado.
«Cuidado» como proceso complejo. Cada fase está ligada a unas prácticas morales, a una imagen de «buen ciudadano», a unas habilidades que se encadenan unas con otras: determina a qué prestamos atención, cómo de responsables nos sentimos respecto al mundo que nos rodea y qué consideramos importante en la vida.
Cualidades de los demócratas. Atentos, responsables, competentes, receptivos. De hecho, el cuidado ya está en todas partes: todos somos dadores y receptores de cuidados, a todas las edades, tan presente que no lo vemos.
Cuidado: impregnado de poder. El cuidado está siempre impregnado de poder, lo que lo hace profundamente político.
CUIDADO Y POLÍTICA
Carácter político del cuidado
- En el día a día.
- Todo cuidado implica relaciones de poder, especialmente cuando el cuidado no nos lo podemos proporcionar nosotros mismos, sino que nos lo dan otros.
- Actores con poder desigual se unen para organizar el cuidado.
- A nivel institucional.
- Cada acto de cuidado ocurre en un contexto político amplio que refleja valores, leyes, costumbres e instituciones.
- Cualquier cambio en el cuidado implica cambios políticos sustanciales. La autora lo ejemplifica con el problema de la no coincidencia de las jornadas laboral y escolar.
«Naturalidad o instintividad» del cuidado. - En el día a día, el cuidado no es «instintivo» en la medida en que trata sobre «cómo vivir lo mejor posible», e implica constantes decisiones.
- A nivel institucional, no existe sociedad que no tenga costumbres, tradiciones, leyes y regulaciones de las prácticas del cuidado.
- Cultura del cuidado. Toda sociedad tiene una cultura del cuidado, congruente con sus instituciones políticas y sociales.
Gente humilde y cuidado pesado, difícil y conflictivo. En la mayoría de las culturas, el cuidado está asociado a la gente humilde.-
- Los trabajos sucios, para las clases bajas.
- Ser poderoso implica tener alguien que asuma esa parte del cuidado. Tener alguien que asuma esa parte del cuidado implica ser más importante.
- Esto entra en contradicción con la idea de igualdad.
Cuidados en la democracia.
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- En todas en general, se deja fuera de la vida política a los cuidadores.
- Antigua Grecia. Los que tenían deberes domésticos no podían ser ciudadanos.
- Democracias modernas: asignan el trabajo de cuidador a los excluidos de ciudadanía. La democracia requiere igualdad, pero por lo general el cuidado trata de la desigualdad.
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CARING WITH, COMPARTIR EL CUIDADO (co
«Cuidar con»: quinta fase del cuidado. Es un nuevo ideal democrático, de dar y recibir cuidado de forma equilibrada a lo largo de la vida, en los tiempos de especial abundancia y en los de especial necesidad, ideal en el que la política se compromete y se beneficia de estos principios.
Patrón continuo de cuidado. Es el que se crea con la confianza en la reciprocidad del cuidado, en que igual que cuidamos seremos cuidados por los otros y por nuestras instituciones.
Asignación de responsabilidades del cuidado.
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- Que se permitan las quejas.
- Que sean escuchados los que hacen demasiado «trabajo sucio»
- Que se discuta la adjudicación de responsabilidades del cuidado.
- Redefinir la democracia como «asignación de responsabilidades de cuidado y garantizar que todos puedan participar de la manera más completa».
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Inadecuación del ideal democrático de igualdad. Se basa en considerar que todos somos iguales, y entendemos que somos suficientemente iguales y que tenemos plena racionalidad y nos basamos en la razón para decidir y gozamos de plena adultez. Pero personas vulnerables, necesitadas, que responden a ímpetus emocionales no corresponden a esta idea, de manera que la idea de «ciudadano» debería ser extendida para que recorriera toda nuestra vida.
Nueva idea de igualdad. Nueva visión a partir del cuidado como continuo de dar y recibir en el que a veces nos encontramos en un lugar y a veces en otro o en ambos, de modo que la igualdad no es un punto de partida, sino algo dinámico a lo que se llega a través de una acción conjunta a lo largo del tiempo de vida.
Carácter inclusivo de la ciudadanía democrática. Para que la ciudadanía democrática sea verdaderamente inclusiva, debe incluirse el cuidado: debemos organizarlo desde la política, incluyendo a todos en el proceso porque en caso contrario los excluidos permanecerán en su misma situación.

La rosa es una pintura mía con pasteles «EL CUIDADO» S. A.
¿MERCADO LIBRE PARA TODO?
Conexión muy estrecha entre democracia y economía. Pensamos que el fin de nuestros funcionarios y personas elegidas democráticamente es tratar de maximizar la libertad e igualdad. Sin embargo, la política trata, hoy en día, del manejo económico, pero ¿con qué fin?
Libertad de mercado no es libertad para el ciudadano. La presunción de que un mercado libre hace libres a los ciudadanos es errónea, y si queremos crear libertad para el cuidado propio y de los otros necesitamos repensar esta orientación del mercado.
Los cuidados a lo largo de la historia
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- Durante la mayor parte de la historia, los provee la unidad familiar.
- Con la industrialización y urbanización, se separan de ella.
- Algunas tareas, alrededor de instituciones locales como iglesias se profesionalizan (nacimiento, muerte, educación, vestido, refugio).
- Otras, recaen en el gobierno (educación pública, departamentos de policía, registros de nacimiento, muerte y estado civil, etc.)
- Otras se mueven al mercado.
- Modelo actual de cuidado: depende de la unidad familiar, el mercado y el Estado.
- Según se reduce la unidad familiar, aumenta la profesionalización de los cuidados.
- Recibir cuidados depende de tener dinero.
- Según se reduce la unidad familiar, aumenta la profesionalización de los cuidados.
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Gestión de los cuidados por parte del Estado.
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- Entrega de dinero para cuidados: salario mínimo. Para proteger los cuidados necesarios en la unidad familiar.
- Asignación directa de cuidados: Seguridad Social.
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Disminución del sentido de «cuidado compartido»
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- El género aún predice quién va a hacerse cargo del cuidado.
- La raza y el entorno socioeconómico aún predicen quién se va a quedar con el «trabajo sucio».
- Modelo neoliberal:
- «Si el gobierno interfiere en el mercado, reduce la libertad».
- «El gobierno no es la solución, sino el problema» (Reagan) y «no hay alternativa a la economía de mercado» (Thatcher).
- Efecto: disminuye el sentido de «cuidado compartido».
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EL CIUDADANO-MERCANTILIZADOR
La crianza se vuelve competitiva.
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- Más tiempo en el trabajo y ambos padres trabajan para subsistir
- Más necesidad sentida de «tiempo familiar» en vacaciones y de más objetos de consumo
- Necesidad mayor de dinero.
- Más necesidad sentida de «tiempo familiar» en vacaciones y de más objetos de consumo
- Crianza competitiva: garantizar dinero es garantizar ventajas.
- Cuidado: cuidarse sólo a uno mismo y a la familia. El cuidado es un problema personal.
- Que las «escuelas de pobres» vayan mal, no sólo no es un obstáculo, sino que favorece aún más el éxito de las de ricos
- Cuidado: cuidarse sólo a uno mismo y a la familia. El cuidado es un problema personal.
- Más tiempo en el trabajo y ambos padres trabajan para subsistir
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El cuidado se vuelve responsabilidad personal y sacrificio. La solución al cuidado es la responsabilidad personal; «si no puedes cuidar, es que no has realizado suficiente sacrificio», dice el ciudadaono-mercantilizador. Sin embargo, las oportunidades dependen del contexto y de las redes establecidas, y este imperativo considera la responsabilidad como algo desvinculado de redes y estándares mercantiles.
La apelación prioritaria a la responsabilidad como algo antidemocrático. Esta apelación ignora que los puntos de partida y llegada son muy distintos, que las condiciones de posibilidad de la propia responsabilidad dependen del contexto, y que frente a la idea de supuesto igualitarismo y libertad que es la idea base del mercado están las diferencias en el contexto.
La jerarquía del descuido.
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- Creación de diferencias.
- Según la clase social, el tiempo para el cuidado está más o menos disponible. El dinero lo puede comprar, con lo que se agrava lo anterior.
- Naturalización de las diferencias: la clase social que puede comprar el cuidado mira «desde arriba» a la otra clase, como si, por naturaleza, tuviera la piel «menos fina» que ellos.
- La clase que está arriba justifica que la de abajo haga el trabajo más duro en base a su falta de deseo de mejorar y a su incompetencia.
- Se pierde por completo la igualdad.

- Se pierde por completo la igualdad.
- La clase que está arriba justifica que la de abajo haga el trabajo más duro en base a su falta de deseo de mejorar y a su incompetencia.
- Naturalización de las diferencias: la clase social que puede comprar el cuidado mira «desde arriba» a la otra clase, como si, por naturaleza, tuviera la piel «menos fina» que ellos.
- Según la clase social, el tiempo para el cuidado está más o menos disponible. El dinero lo puede comprar, con lo que se agrava lo anterior.
- Creación de diferencias.
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HACER QUE SUCEDA LA REVOLUCIÓN DE «COMPARTIR EL CUIDADO»
La revolución del cuidado. Implica cambiar nuestras preocupaciones diarias y también las instituciones políticas y sociales,
REPENSAR LAS RESPONSABILIDADES MEDIANTE EL CUIDADO DEL CUIDADO
Implicaciones. Situar en un lugar central de interés al cuidado, y no en la periferia; considerarlo algo que vale la pena, y el tiempo dedicado a él como tiempo que vale la pena; hacer participar en el debate a quienes no han cuidado, y enfrentarse al hecho de que a mayor poder, mayor irresponsabilidad en el cuidado.
Las «exenciones» que proclaman son las siguientes:
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- «No soy bueno cuidando». Si esto es así, es porque no soy mujer, pero lo cierto es que, simplemente, el cuidado requiere práctica en las distintas fases estudiadas.
- «Estoy muy ocupado». Pero ningún trabajo debería ponerse por encima de la necesidad de cuidar y compartir cuidado.
- «Estoy cuidando a mi propia familia». La crianza competitiva absorbe un tiempo sin fin.
- «El éxito depende del esfuerzo: si me esfuerzo, avanzaré». Esto no es así por lo general, el éxito depende en buena medida del azar, asumir riesgos no es el camino, pensamos en la riqueza como forma de asegurar el cuidado pero las instituciones se podrían redireccionar para asegurarlo, lo que implica que es necesario pasar del cuidado a la política del cuidado.
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EL CIUDADANO CUIDADOR
Practicar el cuidado. En nuestra casa, en las instituciones cercanas.
Puntos clave del cuidado democrático.
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- Requiere pluralismo.
- Atención a las preferencias. Reconocer la diversidad y ubicuidad de las diferentes necesidades de cuidado, y no pensar que quienes requieren más cuidado merecen menos la pena.
- Dejar que la gente se autocuide todo lo posible.
- Reconocer la complejidad del cuidado: no es jerárquico ni unidireccional, se negocia, en muchas direcciones, el dar y el recibir.
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EL CUIDADO DEMOCRÁTICO ES MEJOR
Produce confianza y solidaridad. La confianza facilita el flujo de la información. La solidaridad crea las condiciones del cuidado.
La distribución de las tareas de cuidado. Genera la necesidad de la discusión democrática.MOVIMIENTO DE CUIDADOS y POR DÓNDE EMPEZAR
Empezar a movilizarnos por los cuidados. Hacer de los cuidados algo central. Ponerlos a la altura de los restantes valores de la democracia. Entre cuidadores y cuidados, somos muchos. Desconfiar del mercado para su satisfacción. Organizarnos por nuestro propio interés. Libertad para cuidar, seguridad de que se va a tener cuidado, igualdad en el cuidado como algo dinámico de dar y recibir. Mirarlo todo por el prisma del cuidado. Crear instituciones congruentes con las necesidades de cuidado. Analizar las propias prácticas de cuidado. «Repensar la democracia como un sistema que apoya a las personas en su esfuerzo por vivir vidas más humanas y solidarias es el siguiente paso en nuestra revolución democrática en curso.»

Las que antecedieron a este artículo y las que lo continuaron. -

Este es un espacio de trabajo personal de un/a estudiante de la Universitat Oberta de Catalunya. Cualquier contenido publicado en este espacio es responsabilidad de su autor/a.