Foto-test de clasismo, machismo y edadismo. Tres en una.
Bischofberger U (2024) Selfie y destape del dedo gordo del pie (Foto en piel de ese fragmento de mi ser)
Nooo puedo aguantar a Año Nuevo para redactar mi nuevo currículum fragmentado, que empuja, como un bebé, para decir «aquí estoy yo» y, como siempre, Buaaaaaaaa. Mi nuevo perfil es sencillo: soy de la serie B. Aquí mi nuevo trabajo con títulos en serie: Dedo del pie de la serie B o si no Selfie y destape de un dedo gordo de un pie, no sé cual elegir. O, o, o, o… Las subalternidades de mi cuerpo fragmentado y gordo te las traslado ¡oh pie!. O El dedo subalterno. O Historia de un dedo rebelde. O, más performativamente, Dedo termina de romper tu objeto técnico y asómate. También podría ser en plan dramatúrgico: Dedo o deda/ Qué/ Gordo o no, asómate/ O también Identidad sin edad de un dedo.
Como un hombre gris de abrigo de lana que avanza en la bruma urbana fumando un cigarro y se dirige al bar a tomarse un calvados, no subo, no subo a la excelencia de la A. Me quedo en el aurea mediócritas de la B gris. El gris, híbrido como los golpes en la carrocería de mi coche de segunda mano, me persigue; como el fantasma en la niebla que es el padre de Hamlet, se me aproxima, me agarra del pie y tira hacia abajo siempre, de manera que, como un Prometeo encadenado, me quedo ahí, en la B.
Los de la serie B no levantamos cabeza, estiramos la pata y enseñamos el dedo gordo del pie. La serie B no tiene el glamour que debería, pero se mueve entre la niebla urbana, el humo de la fábrica cercana y la bocanada de un Ducados, avanza con tacones en el pavimento de la noche con una gabardina, mira con la mirada de Orson Welles y trabaja «en serie»… porque, por mucho que quieran el Brillo, el USA, el Dios del Sagrario Brillante, el Misil, el Cohete o toda la serie A unida en concierto, el dedo gordo del pie jamás sera suyo. Es mío, mío, mío y solamente mío, y es un dedo, como yo, de la serie B.
Mujer, somos de la serie B; por mucho que lo intentamos, siempre hay un Einstein que nos roba las ideas mientras cuidamos a su hijo; LGTB, eres de la serie B, lo dice el nombre; viejos de la serie B, perros de la serie B, menospreciados insectos de la serie B, pobres de la serie B, partes del cuerpo de la serie B, mi dedo gordo del pie. Y el gato que estaba en el regazo de la vieja que un bestia que entró en el hospicio golpeó por el puro placer de verla sufrir, era un gato de la serie B. (Esto estaba en una novela de un clásico español, no sé si Pío Baroja).
Es la B de Burra, la de Boniato, la bilabial de boca siempre unida a la voz, en suma. Admito, pues, que la Unidad de Destino en lo Universal que me corresponde es la B. La Excelencia se me escurre de las manos. La Excelencia, su luz, brillo y boato, por cierto, la has definido de una vez por todas como inalcanzable, IA. Y tu excelencia me cae tan mal a mí como le caía mal a mi abuela Su Excelencia, que decía de Él que era impotente, descalificando así de un plumazo a todos los impotentes; mi abuela, como siempre, hija de militar, sacando el sable. Como no soy responsable de mi útero en retroversión tú no eres responsable de que el agotamiento te desempine. ¿Qué haces, amilanado? ¡Levántate tú! ¡Reivindica el orgullo del desempine! ¡Reivindica su honestidad! ¡Libérate, pene flácido! ¡Gustas, gustas, gustas, igual gustas! ¡Toquetéate tranquilo, alégrate! Respira, coge aire y arriba esa pena con pene, ese pene con pena…. ¡Todos estamos en el mismo barco! Impotentes, disfuncionales de Serie B, micropenes, eyaculadores retrógrados o precoces, flojetes: uníos… Después de la jornada agotadora, derrengados los cuerpos en el sofá, recuperándonos para el siguiente envite, ay si nosotros pudiéramos, ay qué poco podemos, un suspiro entre un día y otro…
…por las noches de vacío/ Cuando te ibas a dormir/ Esperando que la suerte/ volviera a sonreír/ Con los ojos abiertos esperando un milagro
He barajado los archivos, los he subido al azar y así han quedado. Este es mi curriculum, señores y señoras del jurado de la UOC. Soy una novela a duro, un pulp norteamericano, mi dedo del pie me representa a la perfección. Definitivamente, como veis, me he propuesto comprender el mundo y soy de la serie B. (Continuará.)