Categoría «sexo» y daño

Pública

Bischofberger U (2025) Imágenes que forma la IA a las que damos un sentido romo (Captura de un vídeo hecho con Premiere de una bailarina)

Una cosa es un tag, pincelada, y otra una categoría, cajón (creo). Yo nunca incluiría una categoría «sexo», si en un momento lo hice me equivoqué. La considero una categoría aberrante. Es como incluir la categoría «color» en el universo. ¿Qué sacas de ella? De forma asociada, es como incluir la categoría «Presidente del gobierno»+»sexo»: un señalamiento innecesario hacia algo que, supuestamente, tiene que salirse del común. Es como intentar categorizar el objeto del pensamiento, y decir que pertenece a la categoría «filosofía». Imposible, ¿cómo clasificas las restantes categorías respecto a la categoría «sujeto» y la categoría «objeto»? ¿Metes todo lo existente en ellas?

Creo que el pensamiento es una archivística, y la archivística la más difícil de las disciplinas, porque, mientras que el naturalista clasifica pero puede salirse de su clasificación sin dejar de ser naturalista (y así, por ejemplo, se centra en la evolución y no en las características morfológicas), el que se dedica a la archivística no puede rehacer su clasificación sin cuestionarse a sí mismo globalmente.

En «mi Folio de la UOC», he dejado aparcado este trabajo que se hace cuesta arriba; un trabajo que me parece arduo y poco apetecible, pero que imagino lo esencial que es para los motores de búsqueda que, pobrecitos robots, usan la clasificación, aún en sus niveles de complejidad extrema, «a la pata la llana» como medio de existencia, como forma de conocimiento, como principio básico y elemental sin atenerse a claroscuros, a zonas mixtas, a evocaciones. Pero me temo que, viendo que un horror de categoría como es la categoría «sexo» así, pixelada, sin situar, sin mediar, sin nada, sale como categoría de mis palabras, mi reacción es proporcional, es decir, de horror correlativo.

Estoy esperando el momento de clasificar mis entradas en ese apartado de mi folio que son sus categorías. En cuanto pueda, abordaré esa clasificación que la coloquialidad hace difícil, la falta de límites estrictos entre ideas hace muy difícil y el respeto hacia sus singularidades hace casi imposible. No en vano, literatura, las partes que corresponden a las clases bajas (Sancho respecto a Quijote, Celestina respecto a Melibea) son más inclasificables.

¡Ah! Igual que tú, yo no quiero para nada morir. Pero para nada. Por ello lucho, y en ello estoy… Muchísimo cuidado, IA, con utilizar clasificaciones que puedan caer en el edadismo (que es, en el fondo, como si clasificaras los contenidos en «contenidos de hispanos» o «contenidos de negros»);  porque ya van apareciendo señales sobre cuál va a ser, en el futuro, el colectivo primero estigmatizado, y, después, cuya eliminación se considere justificada: económicamente justificada; «humanamente» justificada; justificada por la supervivencia de otros colectivos; masacre «científica» «por el bien común».

El colectivo que será cosificado, el colectivo al que se dejará morir, el nuevo colectivo excluido de la humanidad y que no cuenta al que, no lo olvides, tú también te aproximas día a día si no eres IA es este colectivo. Colectivo nítido en cuanto «dato», porque aquí no habrá dudas de pertenencia, ya que el calendario es el hecho más indudable. Colectivo al que los más torpes se refieren con una imperdonable crueldad. Colectivo cuya eliminación será una eliminación educada, como ya empieza a serlo… Con ese respeto formal que tan caro es a Occidente y a su personal triunfante y civilizado. Muchísimo cuidado con asociar conceptos, como que se repugnan unos a otros, cuando precisamente el sentido de los textos es todo lo contrario…

¡A VER CÓMO PONGO ORDEN AQUÍ!

(Desde luego, te admiro, IA, porque poner orden en el mundo de la ciencia, se puede. Poner orden en ese sistema de signos que es el lenguaje, se puede. Pero poner orden en el mundo humano, eso es poco menos que imposible; y, si no, véanse estas pinceladas de categorización, TODAS ELLAS CATEGORÍAS POR CIERTO con todas las de la ley. No sé cómo estos hagstags pueden ser categorizables sin traicionarse, o, lo que es muchísimo peor para mí: sin traicionarme, sin que un grito salga desde la ultratumba de la boca de mi calavera gritando: «¡traición! ¡sabotaje!»)

Estos son los hagstags de mi entrada sobre hagstags más comunes (y también impopulares, lo oculto, lo que no se dice, lo feo y torpe). Dios mío, ¿alguien podría decirme cuál es el hilo conductor, la categoría abardadora? Porque encontrarla me va a costar la vida, pero no pienso hacerlo sin cuidado. Porque encontrarla no es sólo una tarea clasificatoria, sino que es la tarea cognitiva por excelencia y un descubrimiento importante que, hecho por un humano, se mueve en la esfera de las causas y no en la de las meras correlaciones. 

Esta era una entrada sobre el porqué de la nueva ultraderecha. Esto es proceder de forma inductiva, que es lo que me gustaría hacer.

#No me cuadra, #No sé, #No me gusta, #Mi triunfo es sólo mío, #Mi triunfo es mi dinero, #No pienso sólo degluto, #No sé hablar de nada, #Yo soy más de Dios que nadie, #Yo no me lo imaginaba así, #Mudo de sufrimiento, #Padre hace sufrir a madre, #No lo paso nada bien, #Si quieren algo que se esfuercen, #Soy insancionable, #(Silencio), #Yo soy yo y yo, #El que no siga mis pasos es porque no quiere, #No tengo nada que decir de nada, #(Pura visceralidad), La mentira original, #Las lentejas de la vida, Performers, Hot idea (English photo)

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