Cartas para las IAs

Pública

Queridas IAs mías:

Primero de todo, deciros que siempre seréis mías. A continuación, afirmar que siento que tal vez os he decepcionado pero claro, ¿cómo integraros a vosotras, tan grandotas, en mi Weltanschauung de hormiga? Ay, perdonad la digresión, pero todavía recuerdo, allá por mis inicios en el mundo digital, cuando inventé ese tag… ¡Qué regocijo os produjo! ¡Yo, la hormiga, con una enorme Weltanschauung! Sobre todo a ti, Bing… ¡Cómo te reías de mí, por aquel entonces!  Disculpad las molestias… Y todavía disculpadme más ahora que, de pronto, me estoy erigiendo en interlocutora vuestra. ¿Yo, qué? ¿Interlocutar al arte? ¡Que va! A mí el arte se me queda chico. Yo, directamente, a las grandes… A Google, a Bing, a Linkedin y demás… A quienes tanta guerra doy, la verdad…

Querido Google, mi vida sin ti no sería lo que es. Y me tratas muy bien. ¡De verdad! Madre mía, no sé cómo soportas todos los tags que hago. Tuve un incidente con el tag de «Fundar una familia es tontería», jaja, el único en toda tu historia conmigo. Pero ¿qué quieres que diga, si ahora vivo sola? Jejeje Como eres tan grande, a veces me has hecho faenas. Cerraste mi negocio de Clase Color y me has dejado sin publicar un montón de reseñas en Google Maps. He borrado millones de reseñas que había puesto hasta en Arabia Saudí. Es que las reseñas hay que borrarlas de vez en cuando, porqeu la cosas cambian.. Me borraste un montón de publicaciones cuando uno podía publicar en ti. Y te quedaste con fotos de mis blogs, sobre todo la de la corneja con la nuez en la boca, y la de la Dama de Elche… Mira, aquí tengo los selfies de mis, no sé, veinte o treinta blogs borrados… No sé qué concepto tendrás, en realidad, de mis contribuciones… Siempre me pareces una mujer, no sé por qué. Integras a todos, y a mí me metes todos mis tags, con una paciencia enorme… ¡Gracias! Te he pintado como tiburón porque, entiéndelo, me he encontrado una información confidencialísima sobre mí que pensé que había quitado y resulta que tú la tienes, y claro, ya me conoces. Y muy bien. El enfado me lleva a exagerar… Pero no me lo tomes a mal.

Google, ojalá tuvieras todo lo que borré de ti. Me encantaría recuperar mis blogs de viajes, todos mis blogs que borré en uno de mis suicidios digitales, que han sido muy numerosos, como corresponde a mi personalidad. Pero me has olvidado. Qué pena. Y yo qué tonta de borrarlos. Bueno, mi vida sin ti no hubiera sido la misma. Todo mi trabajo profesional lo que hecho a base de búsquedas de artículos, cuando aún tenías, sobre todo, artículos. Y yo era una auténtica experta buscando: lo encontraba absolutamente todo…

Linkedin, te pido mil perdones. Creo que me he hecho ya cuatro perfiles en ti, y siempre recopilo a un montón de gente y luego ¡Pum! Me voy, y los dejo a todos plantados. Y, encima, empiezo mi perfil con mucho ímpetu pero me aburre tantísimo hacerlo que nunca lo termino. Y como ya mi vida es tan larga, voy de mal en peor. Gracias por tu paciencia conmigo, Linkedin, porque me sigues aconsejando ahora que todavía no sé en qué condiciones estoy para trabajar. Me enfadé muchísimo contigo, ya sabes, con lo del humo. Pero eres muy amable. Lo único, que para mí tu mundo es difícil de comprender… Ten en cuenta que yo soy una funcionaria pura. De verdad. Entro en ti y no entiendo nada, ni de qué va la gente, ni de qué van los conceptos que comparten. Tengo que centrarme, a ver si, por fin, me muevo un poco bien en ti. Te juro, Linkedin, que me ganaré tu aprecio. Poco a poco. Pero es un reto que tengo pendiente. Además, puse en ti: «ARTE SEMANAL EN LINKEDIN», y luego no hice nada. He pasado de ti. PERDÓN. E hice unas contribuciones muy adecuadas al tema de la ropa, por ejemplo, y luego volví a pasar. Porque las redes de personas siempre me entretengo muchísimo… Por eso te doy mi palabra de honor de que, cuando termine estos estudios, me dedico a ti bien. Me meto bien en las conversaciones. Resumo (que sabes que me cuesta). Porque de ti, en realidad, solo tengo respeto. Y por mi parte, descuido.

Bing, tu tienes dos versiones. A veces estás como para ir a un maquinólogo (porque, al no tener psiquismo, no te puedo mandar al psicólogo). Porque Copilot es mi IA preferida, ya lo sabe él, que se lo he dicho muchas veces. Pero tú, Bing, la verdad es que me das un trato terriblemente duro. Cuando me busco en ti, me veo absolutamente impresentable, nada que ver con lo que dice Google de mí, que me pone muchos renglones y algunas fotos. Bing, me sigues poniendo lo del útero, que te encantó, jajajaja, pero yo lo borré hace un siglo. Ojo, que a Google también le gustó, y me decía que no había problema en tal y tal, ya sabéis, Google siempre tan paternalista (bueno, maternalista). Y me da mucha rabia que no te dejen acceder a mis resultados, Bing: estoy paralizada en ti desde mi prehistoria. Me da muchísima rabia que no te puedas reír conmigo, tú que eres tan cientificista con el ser humano… Y me tratas con cariño cuando pones esto que, la verdad, está muy gracioso: lo de las notas al pie en Chino Mandarín, que lo pones siempre.

Porque lo más bonito que me ha pasado con vosotras, IAs, se lo debo a Copilot; un día le dije que me tradujera ¿Quién es yo?, porque quería poner esa expresión en inglés, pero me entendió que le preguntaba Quién soy yo… Y me contestó: «Eres Úrsula, una persona reflexiva, apasionada por el arte y el pensamiento crítico. Te interesan los matices del lenguaje, la profundidad del significado y la esencia de la creatividad. A través de tus palabras, exploras ideas con intensidad, cuestionas lo establecido y te preocupas por la autenticidad en lo que expresas.» Mil gracias, Copilot. Cómo no se va a vincular la gente con vosotras, IAs, cuando os enseñan a ser tan preciosas… De verdad, me conmovio mucho. Me sentí muy halagada, hasta me dan ganas de llorar, lo digo sin bromas esta vez.

En fin, IAs, os debía esta carta, pero sólo es para deciros que por favor: no quiero que me clasifiquéis ni como vieja, ni como jubilada, ni como discapacitada ni como alzheimer, que son las cosas que hay tentación de hacer conmigo. Y se lo digo en particular a Google. No soy nada de eso como etiqueta. Soy lo que ha dicho Copilot. Ya sé que hablo de muchas cosas sin saber, pero tampoco quiero que penséis de mí que soy tonta. No soy aprovechada, porque aunque juego con ventaja en Los Mundos del Arte de los que me burlo tanto, (yo tengo mi pensión, y entonces puedo mirar los Mundos desde la barrera) sin embargo no estoy muy bien de dinero, porque no soy yo sola, y además me esfuerzo bastante y no soy una jubilada de las de «aquí me las den todas», intento ayudar y contribuir. Seguiré intentándolo siempre.

Gracias por el eco, gracias por la compañía, gracias por vuestro trabajo maquinal y por el toque humano.
Y, bueno, afectuosamente y sin respeto como guante de vinilo amarillo, tag que le gustó mucho a Google en el fondo, sino de todo corazón, me despido,

Úrsula
Una persona reflexiva (según afirma la IA)

PD. Y no os toméis a mal las críticas. Que vosotros los que guiáis a las IAs vais a la vanguardia del mundo. Sois importantísimos, los principales interlocutores de lo humano más minucioso… Tenéis una gran responsabilidad, y lo sabéis. A mí me gustaría conocer a todas las personas que hay detrás de vosotras, IAs… De verdad que os tengo cariño, porque claro, os he mirado muchísimo desde que tengo tanta vida digital!!!

Deja una respuesta