
Nuestra vida no tiene precio. Audio que he titulado con un fragmento de las palabras de la persona que las dice sobre la contaminación por la mina de oro que enferma a su hija.
- Retitular títulos.
- [El tiempo está corriendo rapidísimo.]
Los ojos cerrados del mundo.
Hay que volver a retomar procesos, no borrarlos enteros porque tengan consecuencias erradas… - Me siento muy avergonzada, después de haber visto el comienzo de este vídeo (sólo el comienzo, no he podido seguir de momento) de hablar de cualquier cosa que no sea esto.
- Porque trata de lo del resort del lujo que se promueve.
Lo único nuevo es el descaro. - El descaro del lujo.
- Y ahora, la retrasada ideológica articulada en nuestro marco legal, tardará infinito en revisitar el concepto de «lujo» (si es que lo revisita).
Igual que la retrasada no ve clara la necesidad de revisitar el concepto de «soberanía». - Mis notas pobres sobre el concepto de soberanía.
https://www.youtube.com/watch?v=NegPOdoVm9Y
Y mis ideas pobres sobre el lujo de mierda, el lujo de esa lengua única que habla el mundo y la necesidad de que la respuesta sea, también, en su lengua única, su otra lengua, la lengua que está naciendo en nuestra Era…
Lo que piensa la mujer de la pañoleta. (Y, como siempre, lloro.) (Y, como siempre, sola.) (Y, como siempre, descubriendo y descubriendo sobre un no saber asfixiante.) (Y, como siempre, «en defensa de la humanidad».)
Bischofberger (2025) Toma toma toma.
Hola a todos, lo primero que he hecho al despertar ha sido hacer mis necesidades, aseadas con papel higiénico de oro de 22 quilates que compré por 1.3 millones de dólares, para mi sagrado “salva sea la parte”, jajajaja es una graciosísima broma… Esa parte sin el cual mi existencia sería imposible. Después he paseado a Lulú, mi perra, que lleva un collar con incrustaciones de diamantes de más de un millón de dólares, mientras revisaba mi iPhone con carcasa de oro y diamantes de diez millones. Ya habiendo hecho mis necesidades y mi perra las suyas, he desayunado caviar blanco de esturión albino a cuarenta mil el kilo, pero yo sólo he tomado cincuenta gramos, por ahorrar, aunque eso sí: he bebido Acqua di Cristallo Tributo a Modigliani a sesenta mil dólares en envases de oro puro y he usado cubiertos de oro, como en Sublimoción de Ibiza, porque ¡Me chiflan! Las experiencias multisensoriales. Tenía aparcado mi coche Lamborghini de oro y platino aquí, en el Puente de Vallecas. El otro, el Bugattis, lo tengo en el cruce de las madrileñas Calles de la Democratización y el Progreso, donde me voy a mudar proximamente. He cogido el Lamborghimi y me he ido al hotel submarino Atlantis The Palm, en Dubái, con vistas al acuario gigante. Ay, pero estoy tan cansada y me quiero ir con tantas ganas de vacaciones que cuento los días que faltan. No sé si irme en Blue Origen o en Space X. ¿Qué opináis? ¿Qué hago? ¿Soy una rematada imbécil por amoral o por anormal?
Firmado: Úrsula Bischofberger Valdés, la lujosa.
PD. Aspiro a ser el objeto del polvo más lujoso del universo en tanto no me sitúo en su escala. Cuando me quiera prostituir, me prostituiré en una subasta de un único polvo cuyo valor de tasación inicial será 10^(10^1000), es decir, diez elevado a la potencia de diez elevado a mil, esto es, un número con un 1 seguido de un googol (un 1 con 100 ceros) y luego cien ceros más, un número tan grande que no se le ha dado nombre. Soy una lujosa de subasta en la que no se puja, creo. Pero lujosa soy. Úrsula es un apodo, una tapadera: mi mismidad es tan grande, como digo, que no se le ha dado nombre. No cabe. No es relevante. No cuenta. No se cuenta. Es incontable. Puro lujo. El lugar de la desembocadura del lujo. Al final de todos los túneles, la soberanía de la incuanficabilidad del placer de ser. Similar a todas las soberanías incuantificables que llevaban la marca del lujo de ser y han sido masacradas en Gaza en el curso de mi vida de lujo.
Bischofberger U (2025) Voracidad insaciable del negocio
(Arte real del diseño del sueño organizado, las sábanas limpias, la almohada sacudida, el baño brillante, el desayuno en la habitación, los cubiertos repasados y sin huellas, las frutas de la macedonia peladas, las alfombras aspiradas, la ventana orientada a las vistas, los cristales impolutos, el hilo musical puesto, el desayuno servido, los croisants en su punto, la servilleta planchada, la ropa que sienta bien, el sol con la sombrilla, la arena con la tumbona, el cocktail relajante, el ocio organizado, la camarera encantadora, la opinión prefabricada y el oro. Vaya, y llega la sucia menstruación y lo ensucia todo, ensucia tu lujo cielo. Bueno, prácticamente perfecto).
Bischofberger U (2025) Subrimiento en el lugar de lo perfecto.
Bischofberger U (2025) Buscar la vida desde el propio lugar de lo perfecto.