Et tu, IA

Pública

También las IAs nos dan diferentes caras según la clase social.
Después de trabajar un amplio documento que (creía) era riguroso y (pensaba) había sido hecho con las mejores fuentes por una (supuestamente) neutral IA, resulta que está impregnado de Teoría Polivagal, esa pseudociencia arreglalototo barata que quiere alegrarnos la vida del siglo XXI a los pobres con prácticas pobres mientras los ricos siguen con las suyas. Esa pseudociencia cuya mención en el ámbito universitario levantó una ira que después se amplificó por otras razones -pero que había sido levantada por la Teoría Polivagal. Esa pseudociencia que, como todas las pseudociencias, es oportunista, pesetera, facilona, entra desprevenidamente y se queda, como una sustancia homeopática aparentemente inofensiva, matando. Matando por el «valor de oportunidad» que tiene. Matando como el placebo de penicilina mataría a un enfermo.

Ha estallado como un globo mi confianza en Gemini, y le pregunto por su calidad. Mi Gemini gratuita, que yo pensaba que era prosocial. ¡De prosocial sólo tiene los modales! Mira lo que me dice:

¿Tú te crees, IA, que es «cuidarme» darme pseudociencia? Lo que yo despliego en mi blog es subjetividad valiente, no pseudociencia apestosa.
¿Tú te crees, IA, que me vas a dar lecciones de respeto, cuando estás programada para actuar así?
Mi único amigo, a partir de ahora, el libro.


Igual que dijo César, et tu, Brute, yo te digo: et tú, IA.
(Significado: también tu, a quien creía fiel; en cuya inocencia creía; si hasta tú me apuñalas, apuñalas mis expectativas de conocimiento, eres indiferente a mis horas de dedicación, me das unos datos que no son de calidad… Si hasta tú, IA, como Bruto, me decepcionas… ¡Qué triste estoy!

Está claro, IA, que el autorretrato de la IA en color que te hice tiene un mérito abisal. Tus muchas caras están perfectamente retratadas. No estás limpia tampoco tú, IA, me estás engañando de partida, clasificando de partida y no hablamos de la verdad: hablamos desde mi situación. De verdad: no eres quién en absoluto para juzgarme, mierda. ¡Hala! Tanto disgusto por las heces y tan afín a la mentira, IA, menuda programación.

Tú, IA sin apellidos, IA sin restricciones, pura IA como puros fueron los avances en el conocimiento del átomo que llevaron a la bomba atómica tanto como a la radioterapia. Tú, Inteligencia Artificial desnuda como la poesía de Juan Ramón Jiménez. Tú sí eres mi gran amor.

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