Travesía

Esto dice el autor del vídeo Travesía, que ha hecho público en YouTube:

La vida está hecha de momentos, unos agradables y otros duros. El poder transformador del arte nos permite convertir un momento duro en algo bello. En esta obra, el autor utiliza el arte para superar un momento duro para él.
Este impasse lo considera una travesía, un camino que considera que debe hacer de forma introspectiva, de autoconocimiento personal para concluir una etapa sin arrastrar ninguna mochila, reflexionando hacia dónde quiere avanzar, definir el rumbo y continuar su marcha por la vida.

En mi opinión, la voz de muchos artistas está buscando el descanso, representado por el mar. La paz que da el olvido. La percepción desde el Yo. La calma. Pero me gustaría subrayar que esa búsqueda, creo, tiene dos ejes: uno, la Naturaleza, la Naturaleza pacificadora, aún cuando se presente con un rostro atemorizador. La Naturaleza fuera del influjo humano, porque, en nuestro mundo hiperconectado, el influjo mutuo es un peso muy pesado.

El segundo eje es el tiempo. Creo que están categorizando la inmediatez de sus conciencias en torno al tiempo. «La vida está hecha de momentos, unos agradables y otros duros». Es esta sucesión de momentos la sustancia de la vida. Por tanto, y del mismo modo que en mi vida privada (donde observo la misma tendencia), recomiendo volver a Bergson. Y el autor de este blog recomendaba volver a Bergson a esos neurocientíficos que, en la segunda entrega de mi blog, califiqué como «neurociencia con corbata», en el sentido de que la neurociencia tiene, como todas las demás, unos presupuestos que, como en todos los demás casos, pueden ser cuestionados. https://www.perfil.com/noticias/cultura/filosofia-en-3-minutos-henri-bergson.phtml

Rubén H. Ríos, doctor en filosofía y profesor de la universidad de Buenos Aires, pone, con muchísima prudencia, algunos puntos sobre algunas íes de la neurociencia. Al menos, miremos de otro modo lo mismo. Por supuesto que la neurociencia ha desmontado a Bergson, igual que ha desmontado el DSM-5 y ha desmontado a Freud. Pero ¿por qué los mitos freudianos no caen del árbol de nuestro imaginario estruendosamente? ¿Por qué, en cambio, no se consultan autores tan fecundos y tan actuales como Bergson, que serían, igual que el arte de Mateu, un apoyo? Hace falta arte apoyo, no arte espejo. Hace falta arte en positivo, como la de Mateu, y no arte en desazón, como el mío.  «El autor utiliza el arte para superar un momento duro para él», dice Mateu. Hacen falta gaviotas surcando el cielo, y olas del mar y arena que nos toquen…

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