Erradicar prejuicios y desestigmatizar el BDSM

Como marco teórico de la Performance, creo que hay que dar definitivamente la espalda al psicoanálisis y empezar a mirar más lejos, a lo que dice la ciencia. Me suena como tarea ingente mirar la neurociencia, tarea que habría que hacer bien porque, en definitiva, el lenguaje sigue siendo el gran mediador, pero urge que si se da la palabra al cuerpo se conozca lo que se sabe sobre el cuerpo.  Me sitúo, por tanto, en una posición crítica respecto a Pierre Klossowski, al término «perversión», a las interpretaciones de la mecanización industrial y el placer y a la idea global de que la performance que performatiza todo esto está performatizando la perversión como meditación sobre el grado en que las instituciones sociales y económicas aseguran el triunfo de la perversión: Claire Bishop (2019) Delegated performance: outsourcing authenticity. Creo que la performance sencillamente ha encontrado un nicho vacío, el de la llamada «perversión»,  y lo ha ocupado. Y opino que, igual que en filosofía hay sofistas y filósofos, en arte hay artistas y artifistas (o artistas sofistas) que son difíciles de diferenciar.

Focalizando en el sexo como recreación simbólica de toda relación a otro nivel, la clave de todo esto, ahora lo veo, está en las palabras que aparecen al lado del consentimiento en el mapa conceptual que he puesto allá abajo. Las tres palabras son: seguro, sano y consensuado. En performance, al no simularse una automutilación sino efectivamente realizarse (hiriéndose con cuchillas, por ejemplo), las reglas del juego no pueden ser como en otras artes en las que la mímesis es lo esencial. Aquí, el vínculo, el «hermanamiento de sangre» con otras áreas, no se establece con el arte de la danza o el teatro, sino con el rito, la magia, la ceremonia, la magia negra y toda una serie de prácticas que pertenecen a nuestro pasado como especie tanto como aquel león que se merendaba cristianos en el Circo. Lo que sentí performatizando, desde luego, pertenece a esas áreas. Por eso, hay que abordarlas y ponerlas en su sitio.

Ya va siendo hora de poner estos conceptos centrales de la cultura en el centro, que es donde tienen que estar. Porque Bondage, Disciplina, Dominación, Sumisión, Sadismo, Masoquismo no son los desechos del discurso de «¿Qué es el hombre?», sino parte constitutiva del ser humano, si miramos no sólo a nuestro corazón, sino sobre todo a nuestra Historia. Mantenerlos en un rincón sin indagar sus vínculos, causas, desarrollos etc. etc. etc. no hace más que magnificarlos, acrecentarlos y convertirlos en tan monstruosos como monstruosos pueden ser otros afanes, como el afán de atesorar, la territorialidad o el deseo sexual sin límites.

Creo que la integración de los hechos contrastados cuyo resumen recojo a continuación en el mainstream cultural está al caer; que la neurociencia sabrá muchísimo más sobre todos estos temas de lo que se hace público; que es hora de disolver algunas de las más perniciosas dicotomías occidentales; que la verdad es que los que somos mayores somos una rémora al avance en estos aspectos difíciles de asimilar; y, sobre todo, dándole la razón a Freud, creo que, ya que estamos entrando en la segunda mitad del siglo XXI,  hay que matar al padre, o sea, matar a Freud y dejar desperdigados, como cerezas sin «rabito», a Jung, Adler, Reich,  Melania Klein, Lacan y una buena parte de los intelectuales del siglo XX, que, casi todos, tienen «rabitos» muy, muy pegados a Freud…  Sí: de vez en cuando, una buena poda intelectual no está de más.

1. Lo que dice la Universidad de Oxford

Elise Wuyts, Manuel Morrens, The Biology of BDSM: A Systematic Review, The Journal of Sexual Medicine, Volume 19, Issue 1, January 2022, Pages 144–157, https://doi.org/10.1016/j.jsxm.2021.11.002

BDSM es una abreviatura que se utiliza para referirse a los conceptos de bondage y disciplina, dominación y sumisión, sadismo y masoquismo, representados por intercambios de poder entre parejas consensuales. En los últimos años, la atención se ha desplazado de la idea del BDSM como una práctica patológica y tabú a considerarlo una forma sana de intimidad.

Conclusiones: existe evidencia de cambios en el cortisol en sumisos como resultado de una interacción BDSM, lo que sugiere la participación del sistema de estrés fisiológico. Los cambios endocannabinoides involucran el sistema de placer y recompensa. En dominantes, este placer medido biológicamente parecía depender del juego de poder más que del juego de dolor. La testosterona y la oxitocina también están implicadas en el BDSM, aunque su papel es menos evidente. La investigación sobre los patrones de actividad de las regiones cerebrales relacionadas con el interés en el BDSM sugiere un papel para el opérculo parietal y el estriado ventral en el contexto del sistema de placer y recompensa, la corteza somatosensorial primaria y secundaria en el contexto de la percepción del dolor, los circuitos relacionados con la empatía, como la ínsula anterior, la corteza cingulada media anterior y la corteza sensoriomotora, y la corteza frontal izquierda en el contexto de las interacciones sociales y sexuales. Se ha demostrado que los umbrales de dolor son más altos en individuos sumisos y una interacción BDSM también puede provocar un aumento de estos umbrales en los sumisos.

Y aquí, en 2020, decía:

Elise Wuyts, MD, Nele De Neef, MD, Violette Coppens, Erik Fransen, PhD, Eline Schellens, Maarten Van Der Pol, Manuel Morrens, PhD, The Journal of Sexual Medicine, Volume 17, Issue 4, April 2020, Pages 784–792, https://doi.org/10.1016/j.jsxm.2020.01.001

Objetivo del estudio
Aclarar los mecanismos biológicos de recompensa asociados a las interacciones BDSM. En 2020, un poco tarde, pero ¡por fin se hace!

Métodos
Se reclutó a un grupo de 35 parejas BDSM (dominante y sumiso) y se les realizó una prueba durante una interacción BDSM. Además, se evaluó a un grupo de control de 27 personas sin interés en el BDSM en una interacción social normal.

Resultados
Comparamos la evolución de los niveles de cortisol, betaendorfinas y endocannabinoides (2AG y anandamida) en un grupo de practicantes de BDSM antes y después de una interacción activa, con los niveles en individuos de control.

Resultados
Mostramos que los sumisos mostraron aumentos en los niveles de cortisol y endocannabinoides debido a la interacción BDSM, mientras que los dominantes solo mostraron un aumento en los niveles de endocannabinoides cuando la interacción BDSM se asoció con juegos de poder.

Implicaciones Clínicas
Este estudio establece un vínculo eficaz entre el comportamiento que muchos consideran aberrante, por un lado, y la experiencia de placer biológico, por otro, con la esperanza de que pueda aliviar parte del estigma que aún sufren estos practicantes.

Conclusión
Aunque este es uno de los primeros estudios de este tipo, podemos concluir que existe una clara indicación de un mayor placer en los sumisos al analizar los efectos biológicos de una interacción BDSM, que se relacionó con el aumento del estrés experimentado.

2. Lo que dice la  Academia Internacional de Investigación Sexual.

Artículo de Archives of Sexual Behavior.

 Larva, M.A., Rantala, M.J. An Evolutionary Psychological Approach Toward BDSM Interest and Behavior. Arch Sex Behav 53, 2253–2267 (2024). https://doi.org/10.1007/s10508-024-02881-x
El bondage/disciplina, la dominación/sumisión y el sadismo/masoquismo (BDSM) han cobrado mayor atención y debate en los últimos años. Esta prevalencia se acompaña de un cambio en la percepción del BDSM, incluyendo la desclasificación del sadomasoquismo como trastorno parafílico. La psicología evolutiva ofrece una perspectiva única sobre por qué algunas personas se interesan por el BDSM y por qué algunas prefieren ciertos elementos sobre otros (por ejemplo, dominación versus sumisión). En este artículo, examinamos el BDSM desde una perspectiva evolutiva, examinando los factores biopsicosociales que subyacen a los intereses y la práctica del BDSM. Articulamos esta perspectiva mediante una exploración de: procesos inmediatos, como el papel de las experiencias infantiles, el condicionamiento sexual y los factores fisiológicos; así como las explicaciones finales de las dimensiones del juego de poder y el juego de dolor del BDSM, destacando las posibles ventajas adaptativas de cada una. Si bien el BDSM puede no ser adaptativo en sí mismo, examinamos la literatura sobre las diferencias de género en las preferencias de roles en el BDSM y argumentamos que estas preferencias pueden derivar de las formas extremas de comportamiento que mejoran el éxito reproductivo. En el ámbito del juego con dolor, exploramos la intersección del dolor y el placer desde perspectivas tanto fisiológicas como psicológicas, destacando el papel crucial de los factores psicológicos y de la pareja en la modulación de la experiencia del dolor. Finalmente, fomentamos que futuras investigaciones en ciencias sociales utilicen marcos evolutivos para profundizar en el tema y contribuir a disipar la confusión en torno al BDSM. Esta exploración multifacética del BDSM proporciona información valiosa para profesionales clínicos, personas con kinks y académicos que buscan comprender las perspectivas evolutivas del comportamiento y las preferencias sexuales humanas.

3. Lo que dice la Sociedad para el estudio científico de la sexualidad

Otra publicación avaladísima por la SSSS The Journal of Sex Research (JSR) Publicación interdisciplinaria para el estudio científico de la sexualidad.

Dunkley, C. R., Henshaw, C. D., Henshaw, S. K., & Brotto, L. A. (2019). Physical Pain as Pleasure: A Theoretical Perspective. The Journal of Sex Research57(4), 421–437. https://doi.org/10.1080/00224499.2019.1605328

El dolor físico es una característica común de las prácticas BDSM. Este artículo explora la literatura que explica cómo los estímulos dolorosos pueden experimentarse como placenteros entre quienes practican BDSM, y la contrasta con la experiencia dolorosa entre quienes no lo practican. Revisamos la literatura disponible sobre el dolor y el BDSM, y utilizamos los hallazgos para postular una teoría que explica cómo los estímulos dolorosos se experimentan como placenteros. Nuestra teoría fue contrastada posteriormente con practicantes de BDSM. Los elementos emocionales, fisiológicos y psicológicos del dolor interactúan para facilitar la experiencia del dolor como placer en el BDSM. Se teorizó sobre la interacción de numerosos factores que alteran la experiencia del dolor en el BDSM, incluyendo: redes neuronales, neurotransmisores, opioides y endocannabinoides endógenos, estímulos visuales, contexto ambiental, estado emocional, voluntad y control, conexión interpersonal, excitación sexual y recuerdos. La experiencia del dolor en este contexto puede provocar estados alterados de consciencia similares a los que se producen durante la meditación de atención plena. Al comprender los mecanismos por los cuales el dolor puede experimentarse como placer, se desmitifica y, se espera, se desestigmatiza el papel del dolor en el BDSM.

4. Lo que dice la sociedad para el tratamiento y prevención del abuso sexual (ATSA)

Dunkley, C. R., & Brotto, L. A. (2019). The Role of Consent in the Context of BDSM. Sexual Abuse, 32(6), 657-678. https://doi.org/10.1177/1079063219842847 (Original work published 2020)

El consentimiento representa un punto central en el controvertido ámbito del BDSM, un acrónimo que se superpone y se refiere a las prácticas de Bondage y Disciplina, Dominación y Sumisión, y Sadismo y Masoquismo. Muchos autores han argumentado que el rasgo distintivo que distingue la actividad BDSM del abuso y la psicopatología es la presencia del consentimiento mutuo e informado de todos los involucrados. Esta revisión examina la literatura relevante sobre el consentimiento en BDSM, incluyendo discusiones sobre precauciones de seguridad, violaciones del consentimiento, leyes norteamericanas relativas a la práctica BDSM y el rol de la comunidad BDSM con respecto a la educación y la etiqueta en torno al consentimiento. Se proporciona información práctica relevante para los profesionales que trabajan en la prevención de la explotación y el abuso sexual. El enfoque explícito sobre el consentimiento practicado por quienes pertenecen a la comunidad BDSM se propone como modelo para las discusiones sobre el consentimiento en contextos clínicos y educativos. Se describen los criterios para distinguir el abuso del BDSM e identificar el abuso dentro de las relaciones BDSM. Nuestra esperanza es desmitificar el proceso de consentimiento y contribuir al creciente cuerpo de literatura que desestigmatiza las prácticas BDSM consensuadas.

5. La revista The Lancet dice lo siguiente:

(Comienzo del artículo.) Un cliente acude a una terapeuta por su ansiedad. Tras unas cuantas sesiones, le cuenta tímidamente sobre un aspecto importante de su vida sexual privada. Para su horror, ella interrumpe la terapia inmediatamente y le dice que no pueden continuar hasta que haya erradicado y curado su terrible patología. Esta historia podría tratarse de un hombre gay en el diván de un psicoanalista en la década de 1950. Pero no es así. Esta es la experiencia —y más aún, la experiencia anticipada— de varias personas que practican BDSM, o Bondage y Disciplina, Dominación y Sumisión, Sadismo y Masoquismo (antes conocido como S&M). Si bien la llamada terapia de conversión gay está en proceso de ser prohibida éticamente y, con suerte, legalmente, no existen tales protecciones para las personas que caen en la amplia categoría que podría definirse como «pervertidas».
Sin embargo, el cambio puede estar en el horizonte, pero no llega con la suficiente rapidez. La publicación de Cincuenta Sombras de Grey en 2011 provocó un terremoto en la cultura británica. Al principio, los temblores fueron discretos, principalmente en las páginas de reportajes. Los comentaristas se rieron disimuladamente del estilo de prosa de la autora E. L. James, y luego escribieron sobre sus ventas. Cincuenta Sombras es uno de los libros más vendidos de la historia; la película, dirigida por Sam Taylor-Johnson, se estrenará el 14 de febrero de 2015. Tras décadas de burlas sobre esposas suaves, mazmorras sexuales y Miss Whiplashes tetonas, surgió algo en la sociedad británica que pareció salvar la brecha entre la simple necesidad humana de profundizar el placer y la conexión personal, y el aparentemente siniestro y peligroso estilo de vida sadomasoquista, del que disfrutan personas serias vestidas de cuero negro. (…)

6. Y un apunte de neurociencia.

David J. Linden, Ph.D., is a professor of neuroscience at Johns Hopkins University School of Medicine and the author of The Compass of Pleasure.
https://www.psychologytoday.com/us/blog/the-compass-pleasure/201503/the-neurobiology-bdsm-sexual-practice

En este artículo de divulgación, se nos dice:

  • Que todos tenemos experiencia de sentir dolor y placer a la vez (pone el ejemplo de los chiles picantes, o el dolor después de una carrera).
  • Que ambos se llaman «prominencia» en neurociencia, y que se asocian a «emoción».
  • La sensación de placer se asocia a la liberación de dopamina.
  • Las neuronas usuarias de dopamina detectan «prominencia»: algunas, responden sólo al placer y otras al placer y al dolor.
  • El dolor físico y emocional prolongado provoca liberación de endorfinas que activan las neuronas de la dopamina.
  • Existe un componente gratificante innato tanto en las experiencias placenteras como en las dolorosas.
  • Si se atenúa la experiencia de placer, aumentan la toma de riesgos y búsqueda de novedades.

Arrancar los viejos cableados intelectuales

Bischofberger U (2025) Arrancar los viejos cableados intelectuales (Fotografía digital)

En suma: esta es una reflexión más sobre uno más de los intrincados caminos por los que los seres humanos obtenemos compensación y placer;  sobre nuestra esencia más negada, profunda y remota; sobre lo que más se evidencia de nosotros cuando nos miramos como colectivo. Ésta es una relectura desde otras coordenadas de aspectos clave de esa vida de la que somos un subconjunto llamado «humanidad».  Estos son los caminos que nos construyen, caminos cuyo desconocimiento nos perjudica y nos podría destruir, caminos que hay que conocer e iluminar con serenidad. Aquí los excesos tienen consecuencias terribles, las peores; aquí es necesario como nunca un Aristóteles sentencioso que recuerde que hay que jugar todos los juegos pero no dejarse embriagar por ninguno de ellos. Y ufff, cuesta muchísimo arrancar las ideas que ya no sirven, las ideas familiares, las ideas llenas de carga libidinal…

Bischofberger U (2025) Diagrama BDSM, occidente, 2025 (Diagrama en A3 coloreado con pastel)

Deja una respuesta