Abeer, Azahara, Amal, Anisa, Abla, Anaan…عبير، الزهراء، أمل، أنيسة، عبلة، عنان…
Haz clic en el centro de la flor o en ese pequeño insecto que parece que tiene.
Amira no significa «flor blanca de naranjo y limonero», sino «Princesa». El poeta Antara no dedicó sus versos a Amira, sino a Abla… desencuentros cuando no se conoce una cultura. Desencuentros que hay que solucionar, conocimientos que hay que tener.
¡Qué tontas somos todas!
Pero cuando el desencuentro no es entre culturas, sino que es un desencuentro con la naturaleza, un desencuentro con la naturaleza en el propio cuerpo, la situación es diferente: es el caso de la Mutilación Genital Femenina.
¡Hacer enfermar!
El acuerdo es tan grande, los testimonios son tantos que no se puede añadir nada más… Sólo recordar que todavía se vive en el día a día de muchas niñas. Y que, como sabemos, las malas experiencias no se graban para no repetirse jamás, sino que se perpetúan, de modo que hay que trabajar, recordar y estar en el terreno como se hizo, por ejemplo, en Colombia.
¡Lo dice todo el mundo!
Pero a este trabajo he llegado a partir de este otro, que expresa una actitud muy amplia de respeto a esa cualidad del cuerpo que es su Naturaleza, su organicidad… no sólo en este tema, en otros muchos.
Trabajo terminado como núcleo de un proyecto final de acercamiento a la lengua y cultura árabes a través de Snap! desde la asignatura Taller de Programación e Interacción de la UOC. Representa dos personajes, uno luminoso y elevado, el nombre de mujer en árabe y su alta significación; otro fantasmal (con un recorte de «el grito» de Munch), que anuncia esa Mutilación de esa mujer. El personaje fantasmal es el no-saber. No soy responsable de entrada de mi no-saber, pero sí soy responsable de empecinarme en él.
Nos decimos las consuegras españolas: – ¡So burra!
Este es el personaje que está dentro de la flor que, cuando lo tocas, te dice: «tú eres… (y un nombre de mujer en español, uno en árabe (que no se corresponde) y su bellísimo significado». No percibimos las incongruencias porque no conocemos su cultura.
Éste es el personaje fantasmal, que te anuncia que te espera algo terrible. Es una pequeña herida de grandísimas consecuencias… Y, después, aparece en el escenario una reflexión sobre esas consecuencias. Esto también es cultural, como los nombres y significados, pero es terrible porque va contra la Naturaleza, contra lo que son las propias cosas. Hacerle una herida de horrendas consecuencias a una niña no tiene sentido, aquí lo he desarrollado y he dejado reflejado en qué áreas el problema abarca a un mayor número de personas. De esta costumbre he dicho que es un cáncer, y le he llamado El cangrejo africano, y he señalado que se sitúa en los pechos de África, porque gráficamente es así.
También les he dicho a mis consuegras africanas, porque yo soy una consuegra también, que no hagan el bestia, que es como llamamos a esas cosas.
¡Consuegras os quiero!
Yo también me apalanco en cosas malas que me han pasado y las repito, igual que ellas. A mí también me critican mucho, como a vosotras. Todas somos muy parecidas, cada cual en su lugar. Pero los órganos sexuales no se mutilan y ya está, por mucho que haya pasado siempre. A mí tampoco me dejaban sentarme en la silla de la esquina de la mesa de profesores porque «era de Elena», pero yo me senté, y empezó una nueva Era en ese centro educativo del Opus Dei en el que yo era Barrabás. Nadie es Barrabás. Yo tampoco puedo soportar que no me contesten, y me estoy acostumbrando. Pero a mí me violaron, y a eso no se acostumbra una, y menos cuantas más veces se lo hagan. Así que a las niñas las dejamos en paz, que aquí tenemos las que no comen y otras cosas pero no vamos a ser como las consuegras chinas con los pies de las niñas chinas y con los suyos propios, unas bestias que se imaginan que como siempre ha ocurrido está bien, pero como digo, aunque me hubieran violado todos los días de mi vida no me acostumbro y las niñas no se acostumbran, consuegras, dejadlo ya por favor. Que sois demasiado GUAPAS como para haceros eso de quitaros un trozo que es VITAL. GUAPAS. GUAPAS aunque seáis mayores, GUAPÍSIMAS.
Este es el miedo que tenemos. Esto es lo que nos mata
Hermanas consuegras, qué gusto hablar con gente de mi edad y con manías como yo…
…y no con gente verde y escurridiza como últimamente me pasa. Aquí está el personaje fantasma saliendo, y los escenarios (reflexiones) que aparecen los he puesto en esta entrada, donde explico, paso a paso, cómo he hecho el trabajo.
¿Y las pobres hermanas consuegras europeas, madre mía, cómo estamos? Aún peor las del pijerío, hermanas africanas.
Esas son mis superhermanas de aquí,
Somos bestias bestias
Ya os contaré
(¡Lo que nos hacemos a nosotras mismas! Os vais a reír.)
Lo que le espera es algo que parece que no tiene importancia, un poquito de sangre y como cuando se te cae un diente. Pero la tiene: así es la vida, cosas que parece que no tienen importancia tienen muchísima importancia, y cosas que parece que tienen mucha importancia son tonterías… Así somos los seres humanos. Y en otro lugar os contaré lo que hace el pijerío de las pobres hermanas consuegras europeas. De momento, me despido de vosotras, pero esta carta que os está enviando mi universidad (que tampoco quiere que hagáis eso) continuará, y si estuviérais aquí os invitaría a un COCIDO buenísimo, consuegras.